Otra máxima o estribillo relativamente conocido de san Juan de la Cruz es el que nos ocupa hoy: “Tras un amoroso lance”, tomado de entre “Otras [coplas] del mismo [autor] a lo divino”. Proponemos, por un lado, la interpretación que sigue, que puede resultar bastante accesible para grandes asambleas y animaciones orantes:
Tras de un amoroso lance
y no de esperanza falto
volé tan alto tan alto
que le di a la caza alcance.Para que yo alcance diese
a aqueste lance divino
tanto volar me convino
que de vista me perdiese
y con todo en este trance
en el vuelo quedé falto
mas el amor fue tan alto
que le di a la caza alcance.Cuanto más alto subía
deslumbróseme la vista
y la más fuerte conquista
en escuro se hacía
mas, por ser de amor el lance
di un ciego y oscuro salto
y fui tan alto tan alto
que le di a la caza alcance.Cuanto más alto llegaba
de este lance tan subido
tanto más bajo y rendido
y abatido me hallaba
dije: No habrá quien alcance.
Abatíme tanto, tanto,
que fui tan alto, tan alto,
que le di a la caza alcance.Por una extraña manera
mil vuelos pasé de un vuelo
porque esperanza de cielo
tanto alcanza cuanto espera
esperé solo este lance
y en esperar no fui falto,
pues fui tan alto, tan alto,
que le di a la caza alcance.
Y, por otro lado, para los que deseen profundizar en un excelente comentario al poema, recomendamos –aquí– el prolijo y fino comentario que del poema hace el carmelita descalzo, el P. Salvador Ros García OCD.