Continuamos en la andadura sanjuanista con otro estribillo -“Sin arrimo y con arrimo…”- que el mismo santo nos va a ir glosando en cada una de las estrofas. El estribillo aún habrá quien lo conozca y lo pueda recitar, pero… merece la pena adentrarse en la síntesis de su doctrina que san Juan nos ofrece en las estrofas para encarnarla e ir haciéndola vida. La interpretación de un estilo lírico-flamenco rompedor se la debemos a un trío, como poco afincado en Francia: Vicente Pradal, Serge Guirao , Rubén Velázquez, que publicaron este tema en un CD titulado “La nuit obscure”. La fuerza de la musicalización dice algo de la pasión de la experiencia de Juan de la Cruz y sobre la que él mismo escribe.
Sin arrimo y con arrimo,
sin luz y a oscuras viviendo
todo me voy consumiendo.Mi alma está desasida
de toda cosa criada,
y sobre sí levantada,
y en una sabrosa vida,
solo en su Dios arrimada.
Por eso ya se dirá
la cosa que más estimo
que mi alma se ve ya
sin arrimo y con arrimo.Y aunque tinieblas padezco
en esta vida mortal,
no es tan crecido mi mal;
porque, si de luz carezco,
tengo vida celestial;
porque el amor da tal vida,
cuando más ciego va siendo,
que tiene al alma rendida,
sin luz y a oscuras viviendo.Hace tal obra el amor,
después que le conocí,
que, si hay bien o mal en mí,
todo lo hace de un sabor,
y al alma transforma en sí;
y así, en su llama sabrosa,
la cual en mí estoy sintiendo,
apriesa, sin quedar cosa,
todo me voy consumiendo.