Es tradicional que el día 24 de diciembre se junten todos los jóvenes carmelitas vinculados a la comunidad carmelita de Vila-real. Jóvenes que fueron monitores, o aún lo siguen siendo, y que se acercan a la comunidad a rezar, a formarse. Algunos están lejos trabajando y se acercan este día; otros, aunque no pueden participar asiduamente, también son convocados. Entre ellos hay quienes son pilares de la propuesta de acompañamiento que la comunidad ofrece, y, después de casarse se han incorporando a esta gran familia.
Este año se juntaron 55 jóvenes de edades comprendidas entre los 18 años y los 40. Algunos convinieron con sus hijos y sus parejas. Jóvenes que han dado y dan tiempo, alegría, vida a la pastoral carmelita de la casa.
El sentimiento de pertenencia e identidad marca esta comida. Todos se sienten parte de la Familia Carmelita. Es una manera clara de vivir la fraternidad, dimensión esencial de nuestro carisma. No suelen faltar el coro que prepara la Misa del Gallo y algunos miembros de la Delegación de Karit.