El pasado miércoles 22 de enero, a las 19.00 h., la comunidad carmelita del Convento de San Andrés en Salamanca ha organizado la Oración ecuménica de Taizé en el marco de la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos, que tiene como tema: “Nos mostraron una humanidad poco común” (Cf. Hch 28,2). La comunidad carmelita de San Andrés son ya algunos años que colabora en esta iniciativa con la Diócesis de Salamanca, y este año, a causa de los trabajos de restauración de la Iglesia del Carmen de Abajo, la oración se ha celebrado en la Capilla Mayor de la Casa de la Iglesia.
Este encuentro de oración ha sido el quinto de una serie de encuentros y actividades organizados por el Servicio Diocesano de Ecumenismo y Relaciones Interconfesionales en colaboración con la Iglesia Española Reformada Episcopal (comunión anglicana), la Iglesia Ortodoxa rumana y el Centro ecuménico Juan XXII de la Universidad Pontificia de Salamanca.
Presidió la oración D. Argimiro García Sánchez, Director del Servicio de Ecumenismo de la Diócesis de Salamanca. El P. Matías Tejerina Espeso, Prior de la comunidad carmelita, ofreció una sugerente reflexión sobre el tema del pan y de la Eucaristía como alimentos que dan acogida, calor y fortaleza en el caminar cotidiano y en las dificultades y sufrimientos. Paradigma de esto son de una manera especial el profeta Elías, que, en la huida por la persecución de Jezabel, encuentra fortaleza en el pan ofrecido por el ángel para seguir caminando y encontrarse con Dios en el Horeb (cf. 1 Re 19,1-8), y Jesús que, en la multiplicación de los panes y los peces (Mc 6,30-44), hace que lo poco de cada uno se convierta en mucho. La Unión plena de los cristianos es tarea de todos los bautizados, cada uno con lo que llevamos y podamos aportar. Lo poco ofrecido al Señor se convierte en mucho, hasta el punto que sobran “doce canastos llenos” (cf. Mc 6,43).
La animación de la oración estuvo a cargo de la comunidad carmelita, que con los cantos de Taizé ha ayudado a entrar en el misterio creando un clima adecuado para la oración y el encuentro con Dios.
Seguimos rezando por la unidad de los cristianos, para que pronto podamos participar de una misma mensa eucarística.