-----5

Noticias

19 julio, 2020 / Carmelitas
Solemnidad del profeta Elías. Hagadáh del retorno de Elías. 20 de julio de 2020

Hoy el Carmelo celebra al Profeta Elías, el hombre que caminó siempre en la presencia de Dios. Su nombre, que significa «Yahvé es Dios», expresa ya su carácter y su función en la historia bíblica como defensor de los derechos del único Dios verdadero, derechos que vindicó en público desafío celebrado en el monte Carmelo. Poco después, en el monte Horeb, tendría la experiencia íntima de la trascendencia de Dios. La Biblia describe su fin misterioso como un rapto en un carro de fuego. En la transfiguración de Jesús en el Tabor, Elías aparece como el representante de los profetas. Los ermitaños que iniciaron la vida monástica en honor de la Virgen María en las laderas del monte Carmelo, hacia finales del siglo XII, tomaron al profeta Elías, junto con María, como modelo de su vida. Por eso los carmelitas le rendimos este culto especial.

HAGADÁH DEL PROFETA ELÍAS

David había escuchado decir que ciertos místicos tuvieron el privilegio de ver a Eliyáhu Hanaví, al profeta Elías. Buscó al rabino para pedirle que le posibilitara tener un encuentro con el profeta Elías. El rabino intentó disuadirlo, pero durante meses siguió insistiendo.

Finalmente, unos días antes de Pésaj (Pascua), el rabino le dijo que le permitiría ver al profeta Elías. Si quieres verlo  tienes que hacer lo siguiente: Consigue nueve cajas y llénalas de comida: pescado, carne, matzá, vino, etc. Luego el día anterior a Pésaj viajarás a tal pueblo y en las afueras, antes de llegar al bosque, verás una casa destartalada. Poco antes del comienzo de Pésaj, tocarás la puerta y preguntarás si puedes celebrar la fiesta allí. El hombre emocionado hizo exactamente lo que le había señalado el rabino.

Cuando tocó la puerta, le abrió una mujer que le respondió: “¿Cómo podría recibirte, si no tengo nada de comer?”. “No te preocupes, traigo suficiente comida para todos” -añadió David-. Los niños cargaron las cajas saltando de alegría. David estuvo allí dos días celebrando la Pascua con la familia, mientras esperaba ansioso ver a Eliyáhu Hanaví. Pero todo fue en vano, el profeta Elías no apareció. Frustrado regresó en busca del rabino y le dijo: “Estuve dos días en esa casa y no vi al profeta. ¿Por qué me engañó?”.
– “¿Hizo todo lo que le dije?”.
–“¡Si lo hice!” –respondió–.
–“¿Y no lo vio?”.
–”No”.
–“Regrese a la misma casa, pero esta vez quédese afuera, acérquese a la ventana y escuche”.

David regresó y escuchó la siguiente conversación entre los esposos. Dijo el marido:
– “Estoy muy preocupado, porque no sé cómo vamos a conseguir la comida para los dos últimos días de Pascua”. A lo cual su esposa respondió:
–“¿Por qué estás preocupado? Viste que los primeros días de Pascua, Dios nos envió al profeta Elías. Seguro que nos lo vuelve a enviar”.

De repente, David entendió lo que el rabino le había dicho. ¿Quieres ver a Eliyáhu? No lo busques en el cielo, o en las personas santas que están en las cimas de las montañas o en los desiertos”.  ¿Quieres ver al profeta Elías? Llena tus manos de misericordia y caridad y, luego, mírate al espejo, y verás que ha vuelto el mismo Eliyáhu“.

 

Volver
ACCESO PRIVADO
Regístrate para acceder al área privada

Uso de cookies

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.

ACEPTAR
Aviso de cookies