El P. Matías Tejerina, O.Carm., Asistente de la Federación de Monjas Carmelitas “Mater Unitatis”, ha preparada este subsidio en vísperas de la Solemnidad de la Inmaculada Concepción de María. La Fiesta de la Inmaculada, celebrada en la Orden del Carmen desde muy antiguo, aparece ya atestiguada en el Ordinal de Siberto de Beka de 1312.
María tiene un lugar muy especial dentro de la Iglesia por ser la Madre de Jesús. Dios le concedió el privilegio de haber sido preservada del pecado original, como un regalo especial para la mujer que sería la Madre de Jesús y Madre Nuestra. Antes de ser proclamado el dogma de la Inmaculada Concepción, hubo en la Iglesia católica una larga tradición de creencia y defensa de este privilegio mariano.
Teólogos y escritores del Carmelo defendieron la sentencia inmaculista, y en España hicieron juramento público de defenderla aun a costa del derramamiento de la propia sangre. Parece que venía celebrándose en la Orden de Carmen bastante antes, a pesar de ser tan solo una “pia sententia”. El misterio de la Inmaculada también lo defendieron y propagaron los carmelitas en representaciones en las que dejaban plasmado su amor hacia la Madre y Hermosura del Carmelo, la mujer de Apocalipsis, la esposa del Espíritu Santo. El Concilio de Basilea (1431) afirmó: “Los Carmelitas profesan a esta esta de la Inmaculada una singular devoción”. Mucho in fluyó a esta devoción y culto especial de los carmelitas hacia la Inmaculada la visión de la nubecilla eliana, en la que, según algunos intérpretes, vio el profeta Elías a la Inmaculada (1 Re 18,44).
A continuación, se puede descargar esta pincelada histórica sobre la presencia de la Inmaculada Concepción en la Orden del Carmen.
Folleto INMACULADA CONCEPCIÓN, P. Matías Tejerina, O.Carm.
