El profesor Dr. Enrique Bonete Perales, Catedrático de Filosofía Moral de la Universidad de Salamanca, a propósito del debate que durante estos días se está discutiendo, nos brinda este artículo, en que destaca que “los cuidados paliativos constituyen el modo más auténtico de “muerte digna”, en tanto que respeta plenamente la “dignidad intrínseca” de la persona. Se es siempre “miembro de la familia humana” (tal como aboga la Declaración Universal de los Derechos Humanos), al margen de las circunstancias sociales y capacidades físicas, morales e intelectuales: la dignidad de la persona no disminuye ni se pierde nunca.
Lo que sí se produce son “condiciones indignas” de la vida de los pacientes, contra las que los poderes públicos y el sistema sanitario han de luchar con todos los recursos disponibles (económicos, legislativos, institucionales). En tanto que seres humanos débiles, necesitados y dependientes, nuestra realidad personal ha de ser tratada con afecto y cuidado por parte de aquellos profesionales que están al servicio no sólo de la curación de las enfermedades, sino también del respeto a la persona enferma. Esta ha de ser cuidada y aliviada en condiciones tan dignas y humanizadas durante la etapa más vulnerable o final de su existencia que no suplique desesperadamente morir, ni nadie, por “compasión”, considere urgente acabar con su vida supuestamente indigna.
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