Los días 14 al 20 de abril de 2021, Michele Silvi, novicio perteneciente a la Provincia carmelita de Italia, junto con el Maestro de novicios, P. Alejandro López-Lapuente Villalba, O.Carm. y Fray Luca Zerneri, O.Carm., de la comunidad de Salamanca, ha realizado los ejercicios espirituales en el Convento de san Juan de la Cruz (Segovia), lugar emblemático fundado por Juan de la Cruz, el cual conserva los restos mortales del santo de Fontiveros.
Dirigió los ejercicios Fray Luca, que inspirado por la figura carismática del profeta Eliseo, preparó las meditaciones. Eliseo, junto con Elías y María, es la tercera figura inspirativa de los carmelitas. Él fue elegido directamente por Elías, el profeta de fuego, como continuador de su misión. Por esta razón, la meditación de su vida en los dos libros de los Reyes, constituye un buen elemento de concienciación sobre el don de la “profecía”, como parte constituyente del ADN carmelita. El predicador subrayó cómo la vocación de Eliseo madura en tres etapas fundamentales: la elección (llamada), el servicio-discipulado detrás de Elías (1Re 19,15-21) y la sucesión (2Re 2,1-14). Éstas constituyen las etapas de formación en las que Elías va gestado y probando al elegido para que pueda seguir su misión.
Gran significación tiene, entonces, el “manto”, que Elías pone sobre los hombros de Eliseo cuando lo encuentra arando en el campo y que él mismo recoge cuando ve a su maestro subir al cielo en un torbellino. Fray Luca afirmó que, el día de la profesión religiosa, Dios mediante, también Michele recibirá la capa blanca. Con este gesto, es como si Elías mismo se la impusiera, constituyéndolo sucesor suyo. Será el sello y la garantía de que también él, como Eliseo, ha sido imbuido del Espíritu Santo que ha inspirado el carisma carmelita. El carisma es don del Espíritu, nadie se lo puede apropiar en propiedad. Dios lo confiere a quién quiere y como quiere. Por eso es un “don”. Solo se puede esperar, agradecer y cultivar. De ahí, por lo tanto, la invitación a custodiar y encarnar el carisma recibido, también con creatividad.
Eliseo, lleno del Espíritu Santo, permaneció fiel a lo que ha recibido, pero supo enriquecerlo con matices creativos y personales. Él es el “hombre de Dios” que manifiesta la ternura de Dios con todos aquellos que se le acercaban: reyes (cf. 2 Re 3), viudas (cf. 2 Re 4,8-37), extranjeros (cf. 2 Re 5,1-27); es aquel que cuida de su comunidad, los hijos de los profetas, y les ayuda a permanecer unidos pese a las dificultades, como la pobreza y el hambre (cf. 2 Re 6,1-7). Es el “hombre santo” que sufre y llora por las desgracias de su pueblo (cf. 2 Re 8,7-14). Es el profeta que enseña a ver a Dios en los avatares de la vida y que encuentra soluciones a los problemas sin perder la paciencia o la fe en las promesas de Dios (soluciones, a veces, un poco atrevidas). Hasta después de muerto, sus huesos siguen dando vida, prefigurando la resurrección futura que nos espera (cf. 2 Re 13, 14-21).
El día 19 de abril de 2021, concluyeron los ejercicios con la celebración de la Eucaristía en honor de este santo profeta, donde se pidió al Señor por Michele y por toda la Orden del Carmen.
“Señor Dios, guardián y redentor de los hombres, que te muestras admirable en tus profetas y transmitiste el espíritu de Elías a tu profeta Eliseo, dígnate, por tu bondad, hacer crecer en nosotros los dones del Espíritu Santo, a fin de que, imbuidos del carisma profético, podamos ser testigos ante el mundo de tu presencia providente” (Oración colecta, Misa de san Eliseo profeta).