“Ya está el hacha puesta junto a la raíz de los árboles. Por tanto, todo árbol que no da buen fruto se corta y se arroja al fuego. Yo os bautizo con agua para la conversión, pero el que viene después de mí es más poderoso que yo, a quien no soy digno de llevarle las sandalias. Él os bautizará en el Espíritu Santo y en fuego. Él tiene en su mano el bieldo y limpiará su era, y recogerá su trigo en el granero; en cambio, quemará la paja con un fuego que no se apaga”.
Mt 3,10-12
La película Monuments Men cuenta la historia de un pelotón estadounidense que se especializó durante la II Guerra Mundial en proteger y recuperar el patrimonio cultural durante la invasión aliada a Europa. En una escena del film, descubren enterradas en una mina de sal, en Merkers (Alemania), un gran tesoro en oro y obras artísticas que había escondido Hitler para evitar su destrucción. Estas obras provenían de los museos alemanes, como fruto del expolio sistemático que habían realizado tanto a los judíos como a los países ocupados. Si bien no la vemos en pantalla, una de las obras que recuperaron en dicha mina fue la Adoración en el bosque del carmelita italiano Fra Filippo Lippi. Se trata de una obra maestra, muestra de la madurez del pintor florentino, llena de significados teológicos y profanos, a la par que de una profunda espiritualidad y mística. La obra fue trasladada a los EE.UU. donde se exhibió en distintas ciudades antes de volver nuevamente a Alemania, pues a diferencia de otros cuadros la obra de Lippi no era fruto del expolio.
¿Pero cómo llegó esta obra a Alemania? ¿Cuál es la iconografía y el simbolismo de este cuadro tan fascinante?
(Ver artículo completo publicado en Boletín Informativo de la Provincia carmelita de Aragón, Castilla y Valencia, nº 38, pinchando en el enlace) 07_La_belleza_de_la_fe_Boletin_nº_38_abril-junio 2021