A las 19:30 del 15 de diciembre de 2023 comenzaba la celebración eucarística en la que nuestro hermano Fray Manolo (Manuel Graciá Villaescusa) iba a ser ordenado diácono. El templo de la parroquia de “Nuestra Señora del Carmen” de Zaragoza estaba lleno de hermanos y hermanas carmelitas, familiares, amigos y conocidos de Manolo.
La bendición agradecida a Dios por este momento y la alegría de poder compartirlo y ser testigos de ello fueron las notas que, con la armonía de la comunión fraterna, atravesaron toda la celebración. Asombrados todos por la fidelidad de Dios, cuyo amor tierno y todopoderoso capacita para decirle “sí, aquí me tienes” cuando, como comenta el mismo Fray Manolo en referencia a la edad, se esperaría responder “es suficiente para mí y así seguiré”.
El arzobispo de Zaragoza D. Carlos Manuel Escribano, que mantiene una larga amistad con nuestro hermano Manolo, presidió dichoso la Eucaristía y subrayó, en la homilía, la disponibilidad y la identificación con Jesucristo en el servicio diaconal, para alcanzar así lo que promete a su servidor, tal y como reza en el texto elegido por Fray Manolo para invitar a su ordenación:
«El que quiera servirme, que me siga,
y dónde yo esté,
estará también mi servidor» (Jn 12,26).
Ya ordenado diácono y una vez concluida la comunión, dirigió Fray Manolo unas palabras a todos los presentes. Dio gracias a todos cuantos han estado vinculados a su vida: sus padres y familiares, amigos, religiosos y religiosas, monjas, colaboradores pastorales y de la obra social, scouts… y expresó un agradecimiento grande, y que espera extenderlo eternamente, a Dios que le ha confiado este ministerio de diácono y también dio gracia a la Virgen del Carmen bajo cuyo cuidado materno siempre se ha encontrado.
El Señor rejuvenece y hace que el justo, más allá de la edad, dé fruto abundante porque está plantado en sus atrios santo por la fe, la esperanza y la caridad (Cf. Sl 92,13-16).
El abundante y delicioso ágape que se tuvo al final de la Eucaristía puso un punto y seguido a esta gracia que hemos recibido de Dios en nuestra Provincia carmelita, para bien de toda la Iglesia.
¡Enhorabuena, hermano Manolo!, y que el amor de Cristo que te llama a servir amando hasta dar tu vida sea gloria y alabanza de su Nombre:
¡MUCHAS FELICIDADES!