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Lectio Divina

 

Salmo 95

 

Madre de la humanidad
14 enero, 2025 / Carmelitas
Bodas en Caná (Jn 2,1-11), una propuesta de lectio

Lectio divina – Bodas en Caná de Galilea

La Palabra: Is 62,1-5; Salmo 95; 1 Co 12,4-11; Juan 2,1-11  

Is 62, 1-5 – Se regocija el marido con su esposa
Sal 95, 1-2a. 2b-3. 7-8a. 9-10a y c [R/.: 3]) 
Co 12, 4-11 – El mismo y único Espíritu reparte en particular como él quiere 
Jn 2, 1-11 – Este fue el primero de los signos que Jesús realizó en Caná de Galilea

 Ambientación: El presente año C, a diferencia de los años litúrgicos A y B, trae la gracia particular de las bodas en Caná. Tras el domingo del Bautismo, después de la Epifanía a los Magos de Oriente, la liturgia completa así la entera trilogía de la solemnidad con que celebramos la Epifanía del Señor, su manifestación. Ahí queda dicha la clave fundamental de la orientación de la Palabra y de la liturgia.

 Oración inicial

¡Campanas de boda!
–Jerusalén, ¡novia del Señor!:
Él te quiere desposar.

También nosotros, oh Cristo,
queremos participar.

Aumenta nuestra fe por tu manifestación,
¡Oh, Esposo de tu Iglesia!

Ayúdanos a creer solo en ti,
todas nuestras fuentes, están en ti.
A Dios, nadie le ha visto jamás,
solo tú nos los has contado,
de ti provienen
la gracia y la verdad.

Enséñanos a “hacer lo que Tú nos digas”,
cambiarás nuestras vidas mediante tu gracia,
pondrás en nuestro corazón más alegría
que si abundara en trigo y en vino,
Tú, esposo por la fe
de los que esperamos tu vino mejor.
Amén.

LECTIO  –  ¿Qué dice el texto?Juan 2,1-11

Motivación: el pasaje de las bodas de Caná es narrado exclusivamente por Juan, o si se prefiere, por el autor del cuarto Evangelio, testigo ocular del hecho. El episodio de la bodas de Caná es, en efecto, «el primero de los signos» (Jn 2, 11), es decir, el primer milagro realizado por Jesús, por medio del cual manifestó su gloria en público, suscitando la fe de sus discípulos.

 Propuestas para enmarcar la lectura:

Remitámonos a lo que ocurre durante aquella fiesta de bodas en Caná de Galilea:

    • falta el vino, “mal rollo” para una boda, ¿no? Me imagino a los contrayentes (me pongo en su pellejo), sus familiares (suegros, consuegros, ¿se echarían las culpas?), los invitados (¿cómo se sentirían?, ¿avergonzados, decepcionados, … buscarían disimular, ayudar, subsanar el imprevisto brindando con agua…?).
    • Intento ubicarme con mucha clama en el contexto histórico como si conociera solo la historia que ha narrado el único testigo, Juan (“He ahí el Cordero de Dios”… y siguieron a Jesús… Maestro, ¿dónde moras?).
    • Hasta ahora, Jesús solo había mostrado alguna relación con el Bautista y sus discípulos, nada más. ¿Qué pensaría, haría o diría Jesús si estuviera presente? ¡Oh, sorpresa, resulta que Jesús está presente…! ¿Cómo reaccionará? ¿Qué dirá? ¿Qué hará?

Del Evangelio de san Juan (Jn 2,1-11)

En aquel tiempo, había una boda en Caná de Galilea, y la madre de Jesús estaba allí. Jesús y sus discípulos estaban también invitados a la boda. Faltó el vino, y la madre de Jesús le dice: – «No tienen vino».

Jesús le dice: – «Mujer, ¿qué tengo yo que ver contigo? Todavía no ha llegado mi hora».

Su madre dice a los sirvientes: – «Haced lo que él os diga».

Había allí colocadas seis tinajas de piedra, para las purificaciones de los judíos, de unos cien litros cada una. Jesús les dice: – «Llenad las tinajas de agua». Y las llenaron hasta arriba. Entonces les dice: – «Sacad ahora y llevadlo al mayordomo». Ellos se lo llevaron.

El mayordomo probó el agua convertida en vino sin saber de dónde venía (los sirvientes sí lo sabían, pues habían sacado el agua), y entonces llama al esposo y le dice: – «Todo el mundo pone primero el vino bueno y, cuando ya están bebidos, el peor; tú, en cambio, has guardado el vino bueno hasta ahora».

Este fue el primero de los signos que Jesús realizó en Caná de Galilea; así manifestó su gloria y sus discípulos creyeron en él.

MEDITATIO (RUMINATIO) –  Leemos y releemos (manducamos, rumiamos) el pasaje como para aprenderlo de corazón. ¿Qué me dice el texto?

    • María, la Madre de Jesús, también estuvo presente. ¿Le quemarían las entrañas apenada por los recién casados? Ella conoce a su Hijo, sabe de dónde viene. Se conoce a sí misma. También conoce que su Hijo la conoce. Se lo hará notar a Jesús, y dejará que Él haga… ¿Confío que María intercede maternalmente por mí ante su Hijo? ¿Dejo que me conozca, le comparto mis penurias?
    • ¡Arrea!, ¡cómo responde Jesús a su Madre: “¿Y le dice Jesús: «qué, a mí y a ti, mujer?”

(literalmente: καὶ λέγει αὐτῇ ὁ Ἰησοῦς· Τί ἐμοὶ καὶ σοί, γύναι;)»
    • Más difícil todavía, Jesús toma mi perfil legalista del mínimo esfuerzo –que cada palo aguante su vela–: “aún no ha llegado mi hora (cf. Jn 2,4: οὔπω ἥκει ἡ ὥρα μου)”… ¡A su Madre le responde así, cuando ni siquiera le pedía algo egoísta!
    • Cuando le pido algo al Señor, ¿pido por mis intereses en primer lugar, o por los intereses de quién? ¿Qué tal llevo que Jesús no se doblegue ante mis caprichos egocentrados?
    • Jesús, por fin, atiende a su Madre con sobreabundante solicitud para regocijo de los testigos , según las palabras de los profetas: «Como se regocija el marido con su esposa, se regocija tu Dios contigo» (Is 62, 5); pero, no para marcarse puntos, ni ante su Madre escuchando su solicitud, ni ante los sirvientes que sabían de dónde venía el vino, sino que el centro es Él: no ha llegado su hora …,
    • ….pero sí ha llegado el momento de manifestarse, de cambiar nuestras dinámicas de relación con “el dios de la varita mágica que me lo arregla todo y no me duele nada”, y suscitar la fe en el Dios verdadero, de hacer referencia a la Sangre que, cuando toque, derramará. Al final, para sellar su pacto nupcial con la humanidad.

ORATIO – Converso con el Señor a partir de su Palabra

Motivación: El Señor se manifiesta, de verdad, sin pañitos calientes, con sobreabundancia de vino, o con leche para los bebés que todavía no tienen dientes para alimento de adultos…

    • Alabo a Dios por la manifestación de su gloria, por la revelación de su admirable plan, por la administración sapientísima de sus ritmos y tiempos …
    • Pido al Señor su humildad, la humildad de su Madre, que me ayude a vivir en la verdad: no soy yo el centro…
    • Agradezco el vino de las bodas, la alegría de los comensales, el don de la fe, su paciencia conmigo…
    • Imploro perdón por con mis perentoriedades infantiles, mis urgencias intransigentes, mis prisas injustificables, mis tremendismos desmedidos, mis ignorancias atrevidas…
    • Adoro al Señor, es el Mesías, el Ungido prometido que debía desposarse con su novia, con un pacto eterno. Se revela como el Esposo mesiánico venido para sellar con su pueblo la nueva y eterna Alianza.
    • A María, la mujer Mediadora en Caná, le pido que me enseñe: “Haced lo que él os diga” (Jn 2,5).

CONTEMPLATIO –  ¿Cómo confieso al Señor? ¿Cómo vivo en Él? ¿Qué me inspira el texto?

Motivación: oración, fraternidad y servicio

    • El «signo» del agua convertida en vino anticipa la «hora» de la glorificación de Jesús (v. 4). Juan subraya la abundancia del don concedido (unos 300 litros de vino), señal de la llegada de los tiempos mesiánicos. El vino, a su vez, simboliza los dones sobrenaturales que Cristo nos alcanza.
    • La «madre de Jesús» aparece solamente dos veces en el cuarto evangelio. Una en este episodio (v. 1), la otra en el Calvario (19,25). El cometido de María Virgen en la Redención: María colabora en la obra de Jesús desde el comienzo hasta el fin, actuando como verdadera Madre y mostrando su especial solicitud hacia los hombres.
    • Nuevo significado de la maternidad de María: «Se manifiesta como nueva maternidad según el espíritu y no únicamente según la carne, o sea la solicitud de María por los hombres, el ir a su encuentro en toda la gama de sus necesidades.» .  (cf. San Juan Pablo II, Redemptoris Mater, nº 21).

 COLLATIOUn compartir sencillo

Tras un breve tiempo de oración, si alguno lo desea, puede compartir en voz alta su oración, con su alabanza a Dios, su acción de gracias o una súplica confiada.

    • Para ir acabando escuchamos y/o nos unimos al canto del salmo que se proclamará el domingo (Salmo 95): en la Liturgia de las horas, p. 873. 

ACTIOVivir la Palabra

    • Ir al encuentro de las necesidades del hombre significa introducirlos  en el radio de acción de la misión mesiánica y del poder salvífico de Cristo (cf. San Juan Pablo II, Redemptoris Mater, nº 21). He ahí un desafío.

 Oración final – Padre nuestro.

Saludo a la Virgen María: Madre de la humanidad. Ixcís: vídeo y acordes en la descripción del vídeo, o más abajo.

En la imagen destacada: Boda en Caná. Miniatura del Evangelio de Trebisonda. Siglo X (RNB. Griego. 21 L. 2)

La imagen destacada es una reproducción de la publicación: Likhacheva V. D. Miniatura bizantina. Monumentos de miniaturas bizantinas de los siglos IX al XV . Obras maestras de la miniatura bizantina de los siglos IX-XV en colecciones soviéticas. Biblioteca nacional rusa. Con mayor definición aquí.

 

 

 

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