El día 25 de noviembre, en la eucaristía dominical, ingresaron en el noviciado de la Tercera Orden del Carmen (TOC), de la comunidad de Ciales (Puerto Rico), Edmarie Pagán, Ramón Barreto y Marielys Fernández. El P. Luis Miranda, O.Carm., Delegado de la Tercera Orden en Puerto Rico, presidió la celebración. Después de la homilía, “Tony”, el Prior de la TOC de la comunidad de Ciales, presentó a los candidatos, pidiendo que se acercaran al altar para formular la petición de ingreso en la Tercera Orden del Carmen.
El P. Luis les hizo entrega de las insignias. En primer lugar, la imposición de Escapulario, diciendo: “Recibe este hábito y llévalo siempre con devoción, imitando las virtudes de la Santísima Virgen María, de quién es signo y testimonio”. Luego la entrega de la Palabra de Dios, diciendo: “Recibe el Libro Santo. La Palabra que en él se contiene sea lámpara que ilumine tus pasos, y tu vida sea siempre inspirada por ella”. Seguidamente, Tony y el maestro del noviciado, Fray Héctor Luis Cruz, O.Carm., los acogieron en el seno de nuestra Familia del Carmen.
Marielys Fernández nos cuenta su experiencia:
“Definitivamente fue una experiencia única, hermosa y de gran bendición. Probablemente, cuando dije “sí” a este llamado no sabía el compromiso y el paso tan grande que estaba dando en la fe. Llevo varios años sirviendo al Señor como servidora del altar y atiendo cualquier tarea necesaria en mi parroquia. Cuando recibí la invitación por unos amigos miembros de la Tercera Orden de Ciales, la verdad es que se me hizo difícil aceptar este llamado, pues ni conocía ni entendía el gran significado que la pertenencia a esta Orden podría tener”.
“Mi experiencia en la eucaristía de ingreso al noviciado le dio un giro a mis expectativas. Me sentía enamorada y cautivada por Dios, a través de la Bienaventurada Virgen del Carmen. El poder llevar el Escapulario durante este tiempo de noviciado y por el resto de mi vida es algo incomparable. Es más que un trozo de tela. Es saber que la Virgen María del Monte Carmelo caminará y nos acompañara siempre. María nos pone en los brazos del Señor. La servidora del Señor es el gran modelo de santidad, a la que nuestro Padre nos llama. No tengo la menor duda que el Escapulario será una gran arma para alcanzar la santidad, por medio de la Orden Tercera del Carmen, durante mi vida. Me siento afortunada y agradecida por esta oportunidad que el Señor me ha dado. Pido a Dios que, junto a mis hermanos terciarios, pueda permanecer fiel, cimentando mi vida en los tres pilares que definen al carmelita: oración, fraternidad y servicio”.
