En el Antiguo Testamento, el Profeta Elías aparece como un personaje de la soledad.
Fue en el Monte Carmelo –primer lugar de residencia de los primeros Carmelitas– donde Elías desafió a su pueblo para que estos eligieran entre el Dios de Israel (Yavhé) y Baal como su dios .
De Elías, los Carmelitas aprendieron a tomar conciencia de la presencia de Dios en lo inesperado y a escuchar el susurro de Dios en el silencio. Elías dijo: “Vive Dios en cuya presencia estoy”, y los Carmelitas tratan de seguir sus pasos, reconociendo a Dios en todas las personas a las que conocen y sirven.