Lectio divina – Bautismo del Señor (c)
La Palabra: Is 42, 1-4. 6-7; Salmo 28; Hechos de los apóstoles 10, 34-38; Lucas 3, 15-16. 21-22
Is 42, 1-4. 6-7 – Mirad a mi siervo, en quien me complazco
Sal 28 (R/ 11b)
Hch 10, 34-38 – Ungido por Dios con la fuerza del Espíritu Santo
Lc 3, 15-16. 21-22 – Jesús se bautizó. Mientras oraba, se abrió el cielo
Ambientación: El domingo del Bautismo –después de la Epifanía a los Magos de Oriente– concluye el tiempo de Navidad: tiempo de la luz de Cristo que, como nuevo sol aparecido en el horizonte de la humanidad, disuelve las tinieblas del mal y de la ignorancia. Jesús, aquel Niño, hijo de la Virgen, a quien hemos contemplado en los misterios de su nacimiento, le encontramos ya adulto en el río Jordán para santificar así todas las aguas y el cosmos entero, como Hijo de Dios.
Oración inicial
Te alabamos, Padre invisible, dador de inmortalidad:
Tú eres la fuente de la vida, la fuente de la luz,
la fuente de toda gracia y de toda verdad,
amante de los hombres y amante de los pobres,
que con todos te reconcilias y a todos atraes hacia Ti
por medio de la venida de tu Hijo amado.
Haz de nosotros hombres vivos, danos el Espíritu de Luz,
para que te conozcamos, el Verdadero,
y a Aquél que enviaste Jesucristo.
Jesús, Fuente vivificadora,
que vienes a cancelar la condena que pesaba sobre Adán,
en el Jordán has derribado el odio,
concédenos la paz que supera toda inteligencia.
Verbo esplendente enviado por el Padre,
después de borrar las culpas de los mortales,
ven y disipa las largas y tristes horas de la noche y mediante tu bautismo,
haz emerger resplandecientes a tus hijos de las olas del Jordán.
¡Que se vista de blanco la raza humana!,
salgan de las aguas hechos hijos de Dios,
derrama sobre nosotros tu Espíritu vivificante
y transforma la creación que gime con dolores de parto
a la espera de participar en la libertad gloriosa de los hijos de Dios.
LECTIO – ¿Qué dice el texto? – Lucas 3, 15-16. 21-22
Motivación: El Bautismo de Jesús es narrado por los tres evangelios sinópticos, y tiene alusiones en el Evangelio de San Juan (Jn 1,29-34) y en los Hechos de los Apóstoles (Hch 1,5; 10,38). En todos se presenta como la preparación inmediata a su vida pública.
Propuestas para enmarcar la lectura:
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- El significado del Bautismo del Señor es muy rico. Se trata de la manifestación (Epifanía) de Jesús:
- en cuanto Mesías de Israel e Hijo de Dios,
- y de la aceptación e inauguración de su misión como «Siervo doliente»
- para los pecadores (todos nosotros) representa el signo de la reconciliación del mundo con Dios.
- Dios ofrece reconciliación a la humanidad. Aquí se juega el todo por el todo de la revelación divina, y de nuestra vida.
- El significado del Bautismo del Señor es muy rico. Se trata de la manifestación (Epifanía) de Jesús:
Del Evangelio de san Lucas (Lc 3, 15-16. 21-22)
En aquel tiempo, el pueblo estaba expectante, y todos se preguntaban en su interior sobre Juan si no sería el Mesías, Juan les respondió dirigiéndose a todos:
«Yo os bautizo con agua;
pero viene el que es más fuerte que yo,
a quien no merezco desatarle la correa de sus sandalias.
Él os bautizará con Espíritu Santo y fuego».
Y sucedió que, cuando todo el pueblo era bautizado,
también Jesús fue bautizado; y, mientras oraba,
se abrieron los cielos,
bajó el Espíritu Santo sobre él
con apariencia corporal semejante a una paloma
y vino una voz del cielo:
«Tú eres mi Hijo, el amado; en ti me complazco».
MEDITATIO (RUMINATIO) – Leemos y releemos (manducamos, rumiamos) el pasaje como para aprenderlo de corazón. ¿Qué me dice el texto?
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- ¿Por qué Jesús, en quien no había sombra de pecado, fue a que Juan le bautizara? ¿Por qué ese gesto de penitencia y conversión junto a tantas personas que querían de esta forma prepararse a la venida del Mesías? ¿Acaso, simplemente, por solidaridad extrema conmigo?
- Ser cristianos significa vivir así, como Jesús. Pero este tipo de vida comporta un renacimiento: renacer de lo alto, de Dios. ¿Me dejo interpelar por la gracia, en la oración, por los hermanos, en las circunstancias de la vida?
- El abajamiento de Cristo al Bautismo marca el inicio de su ministerio y vida pública, en la misma línea de la Encarnación: el descendimiento de Dios desde el más alto de los cielos hasta el vientre de la Virgen… al pesebre…, y ahora al fondo del Jordán, al abismo del pecado… y hasta los infiernos. ¿Cómo vivo la obediencia y la humildad?
ORATIO – Converso con el Señor a partir de su Palabra
Motivación: El Señor se ha manifestado en solidaridad y compasión con los pecadores, los despreciados, los condenados…
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- Alabo la humildad del Bautismo del Señor, inocente, solidario con los culpables…
- Pido al Señor aumentar mi deseo de su gracia, la docilidad al Espíritu, la relación al Padre….
- Agradezco su insobornable fidelidad a la voluntad del Padre por nuestra salvación.
- Imploro perdón por mi infidelidad a las promesas bautismales, mi tibieza ante los votos religiosos, mi dejadez en las promesas sacerdotales…
- Le adoro, simplemente, por la regeneración que quiere comunicarme, por el baño con que quiere lavarme, la iluminación con que quiere enriquecerme, la unción con la que quiere restarurame.
- A María, Inmaculada, Toda santa, que permaneció al pie de la cruz y se benefició del costado traspasado de su Hijo, le pido que no deje que se pierda la gracia del agua y de la sangre que de él fluyeron.
CONTEMPLATIO – ¿Cómo conozco, reconozco y acojo al Señor? ¿Me dejo purificar? ¿A qué me mueve el texto?
Motivación: oración, fraternidad y servicio
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- ¿El sentido del movimiento del abajamiento de Jesús en el Bautismo? Responde una única palabra y misterio: amor. El Amor, que es Dios.
- Dios envió al mundo a su Unigénito, para que vivamos por medio de Él… víctima de propiciación por nuestros pecados (1 Jn 4, 9-10).
- Tras recibir Jesús el bautismo, «se abrieron los cielos, bajó el Espíritu Santo sobre Él con apariencia corporal semejante a una paloma y vino una voz del cielo: “Tú eres mi Hijo, el amado; en ti me complazco”» (3, 21-22). Este es Jesús:
- el Hijo de Dios, totalmente sumergido en la voluntad de amor del Padre;
- es el hombre nuevo que quiere vivir como Hijo de Dios, o sea, en el amor;
- el hombre que, frente al mal del mundo, elige el camino de la humildad y de la obediencia, de la responsabilidad…,
- elige no salvarse a sí mismo, sino ofrecer la propia vida por la verdad y la justicia.
COLLATIO – Un compartir sencillo
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- Tras un breve tiempo de oración, si alguno lo desea, puede compartir en voz alta su oración, con su alabanza a Dios, su acción de gracias o una súplica confiada.
- Para ir acabando escuchamos y/o nos unimos al canto del salmo que se proclamará el domingo (Salmo 28): en la Liturgia de las horas, p. 540. (Acordes correspondientes a la versión musicalizada en el vídeo adjunto aquí)
ACTIO – Vivir la Palabra
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- ¿Y si esta semana, con espíritu filial, me empeño en dejarme renovar en el discipulado de Cristo, en su seguimiento, en el cumplimiento de la voluntad del Padre, en definitiva, en vivir del Bautismo?
Oración final – Padre nuestro.
Saludo a la Virgen María: Ven y reina, Madre de Dios. (Acordes y partituras en la descripción del correspondiente vídeo adjunto)