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Lectio Divina

 

Salmo 127

 

Bajo tu amparo (Sub tuum praesidium) - Jésed
23 diciembre, 2024 / Carmelitas
Sagrada Familia (c), propuesta para la lectio divina

Lectio divina – Sagrada Familia (c)

La Palabra: Eclesiástico 3, 2-6.12-14; Salmo 127; Colosenses 3, 12-21; Lucas 2,41-52

 

Ambientación: La salud del hombre no culmina en el nacimiento del Hijo de Dios en el portal de Belén, hecho bebé. El Verbo divino, por el cual y para el cual todo fue creado, hubo de recibir educación humana, Jesús creció y maduró en el seno de una familia. Más allá de los lazos afectivos, su misión se configuró por el cumplimiento de la voluntad del Padre. Así entronca con la familia universal, no fundada en vínculos de carne y de sangre, sino en el plan divino, por lazos de fe.

 Oración inicial

Envueltos en la ternura de la Navidad,
una vez más nos has elegido, Padre,
para recibir a tu Hijo, para celebrar su nacimiento.

Somos inmerecedores, porque somos pecadores,
pero por tu gracia nos vas haciendo santos y amados.
Revístenos de compasión entrañable, bondad, humildad,
mansedumbre, y paciencia.
Enséñanos a sobrellevarnos mutuamente y perdonarnos
cuando tengamos quejas contra otro.
Tú lo has hecho con nosotros, queremos hacer lo mismo.

Y por encima de todo, derrama sobre nosotros, el amor.
María, que lo guardaba todo en su corazón,
no consintió que su amor no fue estéril.
Que tu amor en nuestro corazón no se apolille
ni se eche a perder en nuestros egoísmos,
sino que llegue al amor perfecto, haciendo oblación de sí mismo.

Este rato de lectio nos enseñe y colme con toda sabiduría,
y el compartir fraternos nos enriquezca mutuamente,
para crecer en la acción de gracias por tanto bien recibido.

LECTIO  –  ¿Qué dice el texto?Lucas 2, 41-52

Motivación: El Evangelio de hoy sitúa en el ambiente humano de una piadosa familia sencilla, pobre, de Israel en el tiempo de Jesús. No importa el tiempo y el espacio que nos separan, tiene mucho de lo que podemos aprender. 

 Propuestas para enmarcar la lectura:

    • La primera vez que Jesús había entrado en el Templo del Señor fue a los cuarenta días de su nacimiento, cuando sus padres ofrecieron por Él «un par de tórtolas o dos pichones» (Lc 2, 24), es decir la ofrenda de los pobres, la familia de Jesús se contaba entre los pobres de Israel.
    • Jesús está nuevamente en el Templo; esta vez con un papel que le implica en primera persona.
    • Aún sin haber cumplido aún los trece años de edad, apunta maneras en la peregrinación a Jerusalén según cuánto prescribe la Ley (cf. Ex 23, 17; 34, 23s): signo de profunda religiosidad.
    • Ese signo, esa religiosidad, de pronto va a adquirir una orientación inesperada, novedosa.

Del Evangelio de san Lucas (Lc 2, 41-52)

Los padres de Jesús solían ir cada año a Jerusalén por la fiesta de la Pascua.

Cuando cumplió doce años, subieron a la fiesta según la costumbre y, cuando terminó, se volvieron; pero el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin que lo supieran sus padres. Estos, creyendo que estaba en la caravana, anduvieron el camino de un día y se pusieron a buscarlo entre los parientes y conocidos; al no encontrarlo, se volvieron a Jerusalén buscándolo.

Y sucedió que, a los tres días, lo encontraron en el templo, sentado en medio de los maestros, escuchándolos y haciéndoles preguntas. Todos los que le oían quedaban asombrados de su talento y de las respuestas que daba.

Al verlo, se quedaron atónitos, y le dijo su madre: – «Hijo, ¿por qué nos has tratado así? Tu padre y yo te buscábamos angustiados».

Él les contestó: – «¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo debía estar en las cosas de mi Padre?».

Pero ellos no comprendieron lo que les dijo. Él bajó con ellos y fue a Nazaret y estaba sujeto a ellos. Su madre conservaba todo esto en su corazón. Y Jesús iba creciendo en sabiduría, en estatura y en gracia ante Dios y ante los hombres.

MEDITATIO (RUMINATIO) –  Leemos y releemos (manducamos, rumiamos) el pasaje como para aprenderlo de corazón. ¿Qué me dice el texto?

    • La preocupación de María y de José por Jesús es la misma de todo padre que educa a un hijo, que le introduce a la vida y a la comprensión de la realidad. Yo, ¿de qué me preocupo en la vida?
    • Jesús se muestra firme ante los maestros y doctores de la Ley y ante María y José, ¿cómo me ubico yo ante las rutinas de la vida y el mundo…?
    • Jesús conoce a su Padre y su misión, y obedece a María y José. ¿Y yo, pretendo saber o ser más de la cuenta? ¿Vivo en sincera obediencia?…

ORATIOConverso con el Señor a partir de la Palabra que consideramos

Motivación: El Señor se abaja a nuestra cotidianidad, a entrar en relación con nosotros en todo…

    • Alabo la condescendencia de la omnipotencia divina: el Verbo todopoderoso obedeciendo a María y a José…
    • Pido al Señor especialmente por las familias. Que imitando a la Sagrada Familia de Nazaret, los padres se preocupen responsable y saludablemente por la educación de los propios hijos, para que maduren como ciudadanos honestos….
    • …. y sin olvidar en ningún momento del proceso educativo que la fe es un don precioso que se debe alimentar en los hijos también con el ejemplo personal, con espacios de gratuidad, para que puedan crecer como el Señor Jesús «en sabiduría, en estatura y en gracia ante Dios y ante los hombres» (Lc 2, 52).
    • Agradezco la vida que brota en cada familia, una vida nueva acogida, cuidada, educada… es un tesoro, un regalo para nuestra propia humanización, para nuestra civilización.
    • Imploro misericordia y bendición en especial por las familias que pasan dificultades (laborales, relacionales, de salud, inmigración, marginación…)
    • Le adoro, simplemente, porque me ha querido hacer miembro de la Sagrada Familia: la de Nazaret, la de la Iglesia, la de la Trinidad…, y de la familia universal.
    • A María, Madre de Dios, Madre de la Iglesia, le pido que con José se ofrezcan como ejemplo y ayuda para los esposos cristianos respecto a su prole: no son los amigos o los dueños de la vida de sus hijos, sino los custodios de este don incomparable de Dios.

CONTEMPLATIO –  ¿Cómo vivo ‘en’ (o bien: ‘de’) la Sagrada Familia? ¿A qué me mueve el misterio?

Motivación: oración, fraternidad y servicio

    • María y José piden explicaciones, y Jesús responde que no deben asombrarse, porque ese es su lugar, esa es su casa, junto al Padre, que es Dios. «Él profesa estar en el templo de su Padre, aquel Padre que nos ha revelado a nosotros y de quien ha dicho ser el Hijo» (Orígenes, Homilías sobre el Evangelio de san Lucas, 18, 5). Contemplo el misterio.
    • Me pongo también en la piel de José, el hombre del silencio, hombre justo (cf. Mt 1, 19), y le ruego que me comparta lo que habita su silencio
    • Considero aquello que María conservaba en su corazón (cf. Lc2, 51), y le pido que me haga entrar en el misterio pleno de fe y de humanidad de la Sagrada Familia…

 COLLATIOUn compartir sencillo

    • Tras un breve tiempo de oración, si alguno lo desea, puede compartir en voz alta algo de su oración, su alabanza a Dios, su acción de gracias, o una súplica confiada.
    • Para ir acabando escuchamos y/o nos unimos al canto del salmo que se proclamará el domingo (Salmo 127): en la Liturgia de las horas, p. 940-941

 ACTIOVivir la Palabra

    • Un reto para esta semana, con espíritu hogareño, familiar, contribuir a tejer en mi entorno una atmósfera .

 Oración final – Padre nuestro.           Saludo a la Virgen: Bajo tu amparo.

 

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