Feliz fiesta de san José, protector del Carmelo.
Desde hace unos años, la Iglesia ha ido reconociendo de forma renovada como hitos a través de los cuales contemplar el misterio de san José, patrono universal de la Iglesia. Sin ir más lejos, podríamos recordar el inciso recientemente incluido a su propósito en la plegaria eucarística, el año jubilar (2021) que le estuvo especialmente dedicado, la carta del papa Francisco Patris Corde… El Carmelo no puede más que gozarse en honrar a su protector.
Una vez más, ofrecemos una sugerente canción -“Arde” (producción de Hakuna)- con su correspondiente vídeo, como medio para llenar de contenido nuestra oración confiada a san José. Sigue, a continuación, la letra:
Arde,
con fuerza en este frío,
con toda el alma en vilo,
buscando una razón…
Tiemblan
los muros de esta celda
que no pueden, ni intentan,
contener su corazón…
Brazos
cerrándose en abrazos
de un padre que dio tanto,
de un hijo que murió…
Lloran
reyes y tronos, lloran,
ante un hombre en la sombra,
rezándole a su Dios.
La mira
y, al verla,
¡el mundo gira!,
y en un solo segundo
al cielo estremeció.
Besa.
Donde ella pisa,
él besa,
secándose las lágrimas
al pedirle perdón.
Alza
un paso al firme al alba,
ejércitos se apartan
ante su convicción.
Siente
el peso que le viene,
pero nada detiene
su sencilla decisión.
Duerme,
tranquilo, el Niño
duerme.
Sufre
porque no puede
darle algo mejor.
Calla y,
en el silencio, grita.
Se le traspasa el alma,
sufre su condición.
Un te quiero mudo en un silencio acogedor,
un humilde carpintero duerme en brazos a su Dios.
Un te quiero mudo en un silencio acogedor,
un humilde carpintero mira a los ojos a Dios.
Sonríe,
tranquilo –al fin– sonríe
y, en un último aliento,
hizo llorar a Dios.
Un te quiero mudo en un silencio acogedor,
un humilde carpintero duerme en brazos a su Dios.
Un te quiero mudo en un silencio acogedor,
un humilde carpintero mira a los ojos a Dios.
Un te quiero mudo en un silencio acogedor,
un humilde carpintero mira a los ojos a Dios.