Nuestro amigo Marce de Salamanca nos regala esta canción-oración del cantautor Alberto Cortez, interpretada junto a Facundo Cabral, juglar de las cosas grandes de la vida. Una invitación a empezar ya, hoy, la revolución de la ternura.
El papa Francisco ha reiterado la invitación a emprender la “revolución de la ternura”. Invita a “descansar en la ternura”; habla de “la fuerza de la ternura”; María la describe como “una montaña de ternura”. Insiste que “no es una virtud de los débiles”. Evoca la “ternura combativa de los embates del mal”, y construye el binomio de “justicia y ternura”. No era frecuente encontrar estas palabras en documentos como una Exhortación Apostólica, Evangelii Gaudium (La alegría del Evangelio).
La ternura es una de las caras de la misericordia. Va íntimamente unida al amor. Un adagio oriental afirma: “Una palabra salida del corazón calienta durante tres inviernos”. La ternura adorna a los fuertes, de aquí que es cobarde quien es incapaz de amar y mostrar amor. La ternura paradójicamente no es blanda, sino firme y audaz, porque se muestra sin miedos.
La ternura, al igual que la fe, se genera en el corazón. Algunos autores llaman al corazón el “tercer cerebro”. Sostienen que la fe, las intuiciones más sublimes, el ingenio, las ideas revolucionarias, las verdades más profundas nacen de él.
MIGUITAS DE TERNURA
Por las calles de mundo
vaga un niño perdido
lleva todas las razas
sobre la piel…
Si se cruza algún día
en tu camino
pregúntale ¿qué busca?
y te dirá.
MIGUITAS DE TERNURA
YO NECESITO,
SI TE SOBRA UN POQUITO,
DÁMELO A MÍ.
En las noches del mundo
camina una muchacha
con todos los pecados
sobre la piel…
Si te para y te pide
encenderle un cigarro
pregúntale ¿qué busca?
y te dirá….
En las plazas del mundo
toma sol el abuelo;
lleva toda la vida
sobre la piel…
Si le ven dando migas
a las palomas
pregúntenle ¿qué busca?
y les dirá…
