“Me levanto, me lavo, me siento, desayuno y ya está”. Esta es la realidad de muchas personas en nuestro mundo. “En los países occidentales -y en España seguro- la soledad es la primera causa de exclusión social”, explica el responsable de estudios y publicaciones de la Asociación Estatal de Directores y Gerentes de Servicios Sociales, Gustavo García. Es un fenómeno generalizado y sus consecuencias son también muy diversas: cuestiones de seguridad, que te ocurra algo y nadie se entere; personas que necesitan algún tipo de apoyo y no lo van a tener… Pero, sobre todo, el tema emocional, afectivo y espiritual. Es una forma de pobreza que está minando occidente.
Con el objetivo de sensibilizar a la sociedad sobre la poca atención que se le presta al problema tan grave que representa la soledad no deseada en la que viven muchas personas mayores, Bilbao Bizkaia Kutxa (BBK) ha puesto en marcha el proyecto ‘Invisible Soledad’.
En el marco de esta iniciativa, la entidad financiera ha colocado una escultura hiperrealista que lleva por nombre ‘La última persona fallecida en soledad‘ en el Paseo del Arenal de Bilbao hecha a imagen y semejanza de Mercedes, una mujer de casi 89 años, afectada por esta realidad, para poner el foco no solo en el fallecimiento en soledad de los mayores, sino también en el abandono social que en muchas ocasiones le precede.
Mercedes, la protagonista de la campaña, hace tiempo que vive en una situación de soledad no deseada y, por lo general, su único contacto social semanal es la atención que recibe de una voluntaria de Cáritas y la visita ocasional de algún sobrino. Ella representa a todas aquellas personas en situación de soledad no deseada, que han tenido una vida activa pero la vejez ha dificultado su autosuficiencia para salir a la calle.
El Evangelio de Jesús también sale al encuentro del que sufre el aislamiento y la soledad más absoluta. Os invitamos con este vídeo a reflexionar sobre esta forma de exclusión.