El “Campo de trabajo de la Juventud Carmelita” es una oportunidad de vivir intensamente la espiritualidad carmelita. Los que participan en él quieren buscar a Dios, se sienten llamados a vivir ‘en obsequio de Jesucristo’ y seguirle. Este año tendrá lugar entre los días 1 a 24 de agosto de 2022, divido en tres turnos de 10 días y con doce participantes en cada uno de ellos. Cada año es un versículo de la Palabra de Dios el que convoca a los jóvenes a participar en el mismo. Este curso es: “Y vosotros, ¿quién decís que soy?” (Mt 16,15). Es toda una invitación a buscar la respuesta a la pregunta que lanza Jesús a los discípulos.
El Campo de Trabajo es mucho más que una actividad de la Obra Social de la Parroquia Ntra. Sra. del Carmen de Zaragoza, centrada como otros años en la atención diaria a los 160 comensales, aproximadamente, del Comedor Social. El Campo de Trabajo es, sobre todo, una experiencia marcada por los tres grandes pilares del carisma carmelita (oración, fraternidad y servicio) vividos desde la actitud contemplativa.
La oración, personal y comunitaria, que nos ayuda a poder descubrir el rostro del Dios vivo en los otros. La Palabra de Dios se convierte en luz y guía para reconocerle como Señor de nuestra vida. Es un tiempo de escucha, de silencio, de alegría e intimidad con Él. Este el primer pilar de la actividad de cada día.
El servicio a los más necesitados hace visible nuestra intimidad con el Señor. Servir nos acerca al otro, al que nos necesita, al que se acerca a nuestra vida… El prójimo es el próximo. Al estar con él descubrimos que es mucho más que un hermano necesitado. Es alguien, que hecho a imagen y semejanza de Dios, espera ser querido, amado, lleno de dignidad… Es presencia del Señor en el mundo. Queremos vivir con ellos, sentir con ellos, ser con ellos.
La fraternidad se vive en profundidad entre los que formamos parte del grupo. Es viviéndola intensamente como podemos reconocer en el otro el rostro del Señor. Compartir la vida me ayuda a amar y servir al hermano. Durante estos días los que participan en el Campo de trabajo forman una comunidad de vida intensa y real. El Carmelo les ayuda a vivir con espíritu de familia formando un hogar.
La fraternidad, la oración y el servicio nos ayudan a vivir una experiencia carmelita de vida. La totalidad de esta experiencia convierte estos días en algo inolvidable que transforma.