-----5

Noticias

25 abril, 2021 / Carmelitas
“El Carmelo y la parroquia carmelita”. Formación carmelita permanente, Europa. 24 abril 2021

La cuarta sesión de Formación carmelita permanente de Europa, celebrada el día 24 de abril de 2021, centró su reflexión en “El Carmelo y la parroquia carmelita”.

El Código de Derecho Canónico describe que “la parroquia es una determinada comunidad de fieles (comunitas christifidelium) constituida de modo estable en la Iglesia particular, cuya cura pastoral, bajo la autoridad del Obispo diocesano, se encomienda a un párroco, como su pastor propio” (515§1). El titular de una parroquia debe ser una persona física. El obispo puede confiar una parroquia a un instituto religioso, con la condición de que el párroco sea un presbítero presentado por el superior competente.

El P. Agostinho Marques, Comisario del Comisariado General de Portugal, tal como indicó en su presentación, habló de forma muy sencilla sobre su experiencia personal y comunitaria al frente del dos parroquias en la periferia de Lisboa: Frielas y Santo António dos Cavaleiros. Insistió que atender una parroquia es disponer de un campo privilegiado, directo y amplio para el anuncio y la difusión de nuestro carisma y espiritualidad.

Los rasgos más significativos que considera que podría ofrecer una parroquia con sello o inspiración carmelita son: a) escucha, acompañamiento y anuncio; b) vida y discernimiento comunitario; c) ministerio de la oración, liturgia, símbolos y figuras carmelitas; d) compromiso con los más pobres; d) pastoral vocacional.

Mon. Francisco de Sales, O.Carm., Obispo de Cajazeiras (Paraíba; Brasil), centró su reflexión en “La parroquia carmelita: provocación sobre la identidad, la presencia y la misión en la Iglesia y en el mundo de hoy”. El rostro de la parroquia carmelita es la “actitud contemplativa” de la misma, siguiendo la impronta propia de nuestro carisma.

Los rasgos más característicos serían: a) fuerte impronta comunitaria (fraternidad, comunión, cercanía, hospitalidad, párroco promotor de fraternidad; b) vida litúrgica (expresión privilegiada de la vida contemplativa; Regla y RIVC 39; conexión vida litúrgica y misión; desafío que el ritmo litúrgico acompañe a la comunidad carmelita y parroquial; epifanía de la comunidad religiosa; c) dimensión mendicante del carisma; testimonio de la profecía; ‘puertas abiertas’.

Si llevamos el Carmelo a nuestras parroquias, siendo lo que estamos llamados a ser, “una fraternidad abierta, capaz de escuchar y de dejarse interpelar por su propio ambiente, dispuesta a recoger los retos de la historia y a dar respuestas auténticas de vida evangélica, basadas en su propio carisma (Const. 21), naturalmente se construirá la unidad y la comunión entre la parroquia y el Carmelo, haciendo emerger la identidad de la “parroquia carmelita” como una realidad profundamente dinámica en continua construcción.

 

Volver
ACCESO PRIVADO
Regístrate para acceder al área privada

Uso de cookies

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.

ACEPTAR
Aviso de cookies