El jueves, día 24 de febrero de 2022, el Prior Provincial visitó la fundación carmelita que se está construyendo en Azua, en el sur de la República Dominicana, y presidió la eucaristía de la comunidad. Acompañaron al P. Desiderio García, O.Carm., los PP. Jorge Luis, O.Carm., Wilson, O.Carm. y Pedro María, O.Carm.
Cinco monjas del Monasterio carmelita María, Madre de la Iglesia, de La Vega, están al frente de la construcción del nuevo monasterio. Ejercen como superiora y ecónomas de la nueva fundación la Hna. Ledia y la Hna. Leticia, respectivamente. La propiedad en el pasado había sido deforestada, usándose para el almacenamiento de grava y piedras para la construcción de carreteras, y, con mucho esfuerzo, ha habido que despejar el terreno. “El desierto se transformará en un vergel” (Is 32,15) -es la palabra que el P. Desiderio García, O.Carm. ofreció a la hermanas es su visita hace tres años-, y, poco a poco, se va haciendo realidad.
La propiedad del futuro Monasterio carmelita, que se ha puesto bajo el patrocinio de Sta. Teresita del Niño Jesús, mide 76 tareas (47804 metros cuadrados). La mayor parte está sembrada de plátanos y limoneros. El termino “tarea de tierra” se ha estado utilizando como medida de área de terrenos en la República Dominicana (de forma exclusiva), desde los tiempos del dictador Rafael Leónidas Trujillo, debido a que, en aquella época, se le asignaba a los peones áreas de tierra de 25 x 25 metros (625 metros cuadrados) para que realizaran una tarea de trabajo o faena, la cual le era pagada de la misma forma (paga según tarea realizada). De ahí, se asumió esa medida como medida oficial, aceptada y utilizada en el tribunal de tierras y en el catastro, con la única diferencia de que en la actualidad el valor real se ha redondeado a 629 metros cuadrados.
Las cinco hermanas viven actualmente en lo que en será la hospedería del monasterio. Han construido ya la parte de ingreso, el primer patio-claustro del monasterio, y se está levantando la tapia para proteger la propiedad. Dios está bendiciendo a nuestras hermanas con la alegría, la esperanza de seguir adelante, el deseo ardiente de construir un ecosistema donde vivir los valores del Carmelo.
