La paternidad de José ha sido el tema que la comunidad carmelita del Convento de san Andrés (Salamanca) ha reflexionado en el retiro de Adviento, celebrado los días 7 y 8 de diciembre de 2020. Fray Luca Zerneri condujo la meditación tomando como inspiración dos textos evangélicos, Mt 1,18-25 (la anunciación a José) y Lc 2,41-52 (Jesús perdido y hallado en el Templo), perfilando las características principales de la paternidad de san José sobre Jesús, el Hijo de Dios.
Fray Luca recordó en la meditación de la mañana que “la justicia y el discernimiento son dos virtudes características de la paternidad de José”. Indicó también: “los consagrados a través de la castidad no generamos hijos ‘en la carne’, pero sí estamos llamados a generar ‘vida’, de lo contrario podemos convertimos en ‘castos solterones’. Hay dos tipos de “paternidad”: una ad intra, en la comunidad; y otra ad extra, con el Pueblo de Dios”.
Seguidamente, afirmó: “La paternidad religiosa, ‘hacia adentro’, nuestra Regla la confía al prior de la comunidad. El prior no es simplemente aquel que, como un detective, está detrás de ti para ver lo que haces, lo que dices… ¡No! Esto sería empobrecer su misión y su figura. El prior es aquel que, como José, actúa con justicia y ayuda a los hermanos a discernir la voluntad de Dios en la vida personal y comunitaria. No es autoritarismo, sino autoridad. Autoridad que, como José, a veces, tiene que dar un paso atrás para entender y ver mejor la situación. Autoridad que toma distancia para empujar, luego, hacia delante”. La paternidad ‘hacia fuera” en nuestra misión es ejercer la ‘paternidad en relación con la gente’. Paternidad, no paternalismo. Nuestra paternidad hacia el Pueblo de Dios sólo será auténtica cuando lleve a la fe a los hijos que se nos han encomendado. La paternidad del director espiritual, por ejemplo, es verdadera cuando no es él el protagonista en el camino, sino Dios y la persona acompañada. El padre conduce hacia Dios, y después desaparece. Como José, que, cumplida su misión, desaparece de la historia”.
Por la tarde, en la segunda meditación, teniendo como trasfondo el pasaje de Jesús perdido y hallado en el Templo, Fray Luca apuntó cómo a José se le reveló con más claridad que Dios, el Padre, es el que ha engendrado a Jesús. José, de hecho, no es el padre de Jesús, pues el hombre no puede darse a sí mismo al Salvador. “Jesús mismo les recordará a José y María cuál es su misión y quién le ha enviado: Dios-Padre”. “¿No sabíais que tenía que estar en la cosas de mi Padre?” “José, como custodio, es padre en la medida que es hijo y discípulo. Esta palabra nos sitúa hoy a nosotros en el mismo lugar de José. Él es el padre putativo de Jesús. Esta paternidad a la que ha sido llamado es una paternidad derivada de su filiación. Es padre en la medida que es hijo. Nosotros estamos llamados a ejercer esta paternidad espiritualidad sin olvidar que hay un solo Padre: Dios. ¡Cuando te llaman padre recuerda siempre que tu paternidad es putativa! Y depende de tu ser hijo. Nosotros participamos de la filiación de Jesús. Somos “hijos en el hijo”.
El retiro concluyó por la tarde, el día 8 de diciembre, con la Solemne Eucaristía en honor de la Inmaculada Concepción. Las palabras de Dante Alighieri en el canto del «Paraíso» de la Divina Comedida (XXXIII,1-3), sirvió de colofón a este día de retiro: “Vergine madre, figlia del tuo figlio, umile e alta più che creatura, termine fisso d’etterno consiglio, tu se’ colei che l’umana natura nobilitasti sì, che ‘l suo fattore non disdegnò di farsi sua fattura”. «Virgen Madre, hija de tu hijo, humilde y alta más que otra criatura, término fijo del consejo eterno. Tú eres quien hizo a la humana natura tan noble, que su autor no desdeñara convertirse a sí mismo en su creación» (Paraíso XXXIII, 1-3).