Los días 6 a 9 de diciembre, la Delegación de Familia y Vida y la Delegación de Juventud de la Diócesis de Córdoba invitaron a Ricardo y Mari Carmen, los padres de nuestro hermano fray Pablo Mª de la Cruz, carmelita, el cual pasó al Padre el día 15 de julio de 2023, y al P. Desiderio García, O.Carm., que lo acompañó espiritualmente durante la enfermedad, a presentar la figura de este joven. Un periplo intenso de dos días y medio, que empezó en la Diócesis de Córdoba y finalizó en Osuna (Sevilla), ayudaron a compartir, de forma muy sencilla y fraterna, la experiencia del carmelita, que murió con 21 años. Durante los encuentros participaron las comunidades de frailes, monjas y laicos carmelitas de Osuna, Jerez de la Frontera y Sevilla, los cuales fueron convocados por la Hna. Rosario Vera, Responsable del Laicado carmelita de la Provincia Bética.
El día 6 de diciembre, en la Parroquia Ntra. Sra. de Belén (Córdoba), los Delegados de Familia y Vida, José María y Pilar, junto con D. Juanjo, párroco, organizaron una Adoración eucarística, un coloquio testimonial y un ágape en la parroquia. El día 7 de diciembre, participaron junto con D. Demetrio, obispo de Córdoba, en la Vigilia de la Inmaculada que se celebró en la catedral. El espacio litúrgico impresionaba. Los jóvenes que acompañaban el paso de la Inmaculada Concepción por las calles de Córdoba, y que participaron en la Vigilia, llenaban el cuerpo central de la catedral. D. Demetrio agradeció a Ricardo y María Carmen y al P. Desiderio, su presencia y testimonio, indicando que había seguido muy de cerca todo el proceso de fray Pablo Mª de la Cruz, y que estaba impresionado por su vida, que, sin duda alguna, seguía dando sus frutos y dejando su impronta entre los jóvenes.
El día 8 de diciembre, por la mañana, en el Monasterio carmelita de San Tito Brandsma de nuestras monjas carmelitas de Córdoba, se celebró la Eucaristía y se mantuvo también un encuentro fraterno con la comunidad. La hospitalidad de nuestras hermanas fue excepcional. Hubo preguntas y mucho interés por conocer más detalles de la vida del joven carmelita. Por la tarde, siguió el periplo en Osuna (Sevilla). El Monasterio carmelita de S. Pedro ejerció en esta ocasión de anfitrión. La comunidad dirigió la adoración y se encargó de preparar la meditación antes de pasar a las experiencias. Nuevamente el amor de Dios invadió a los participantes. El centro, Jesús Eucaristía. Se disfrutó de la fraternidad, del carisma carmelita, del sentido de pertenencia a la Orden del Carmen y de las gracias y favores que fray Pablo Mª de la Cruz está regalando a toda la Familia Carmelita.
El día 9 de diciembre, Ricardo y María Carmen, ya de vuelta al Monasterio carmelita de Córdoba, pudieron acompañar a algún enfermo y a su familia. Allí tocaron las llagas de Jesús, lloraron y consolaron a los más pequeños y su familia. Un auténtico caudal de gracia que venía directamente desde el Cielo. Estaban sobrecogidos. Fray Pablo, desde la mejor corriente espiritual del Carmelo, entendió que la verdadera contemplación se transforma en compasión: “Le he pedido al Señor con insistencia ser pequeño y pobre, y, así, estar cerca de los más pequeños, especialmente de los más enfermos y de sus familias. La cruz me ha dado un olfato especial para ver qué les sucede y la valentía para acercarme a tocar sus heridas. También quiero que a las familias de los enfermos les llegue mi ofrecimiento…” (Carta de fray Pablo Mª de la cruz al Papa Francisco).