La segunda semana del Capítulo comenzó con un día de retiro y discernimiento. La oración de la mañana y la Eucaristía fueron presididas por el P. William Harry, O.Carm., Prior Provincial de la Provincia Americana del Purísmo Corazón de María. La fe no es patrimonio de un grupo selecto -comentó-. Al igual que le centurión, a menudo encontramos experiencias y expresiones de fe donde menos las esperamos.
La hermana Anne-Marie Bos, de la Provincia de Holanda, ofreció dos meditaciones a los miembros capitulares. La meditación de la mañana estuvo centrada en la segunda versión del Via Crucis que escribió el Beato Tito Brandsma desde su celda en la prisión de Scheveningen. Anne-Marie fue desgranando una a una la estaciones del Via Crucis de Tito, situándolo en el contexto de su propia experiencia vital durante los últimos meses de encarcelamiento y destacó también su significado para nosotros. “Oh, Jesús, manso y humilde corazón (cf. Mt 11,28-30), haz mi corazón igual al tuyo”. ¡Qué difícil es para nosotros tolerar un veredicto injusto! El amor desbordante de Dios se manifiesta en el Via Crucis. El Via Crucis se ha convertido en el “Camino del Amor”. Esta sesión de la mañana fue seguida por un período de oración silenciosa y reflexión.
En la sesión de la tarde, Anne-Marie reflexionó sobre la idea de Tito sobre la mística como un hermoso intercambio entre Dios y la humanidad. La mística nunca es completamente divina ni exclusivamente humana. Es precisamente el punto de encuentro entre ambas. Esta es una vocación para todos, no sólo para unos pocos. En su experiencia espiritual, Tito estuvo atento a cómo Dios se encontraba presente en su tiempo y sociedad y a defender y presentar una auténtica idea acerca de Dios. Todo esto llevó a Tito a hacer importantes contribuciones en el campo de la educación, convencido de que se trataba de una elevada forma de ministerio, donde la persona humana podía introducirse en la Verdad y ser iniciada en una experiencia viva de Fe. Ante Ti, poema de Tito Brandsma:
Cuando te miro, mi buen Jesús, advierto
en Ti el amor del más querido amigo,
y siento que, al amarte yo, consigo
el mayor galardón, el bien más cierto.
Este amor tuyo – bien lo sé – produce
sufrimiento y exigen gran coraje;
mas tu gloria, en este duro viaje,
solo el camino del dolor conduce.
Feliz en el dolor mi alma se siente;
la Cruz es mi alegría, no mi pena;
es gracia tuya que mi vida llena
y me une a Ti, estrechamente.
Si quieres añadir nuevos dolores
a este viejo dolor que me tortura,
fina muestra serán de tu ternura
porque a Ti me asemejan, redentores.
Déjame, mi Señor, en este frío
y en esta soledad, que no me aterra;
a nadie necesito ya en la tierra
en tanto que Tú estés al lado mío.
¡Quédate, mi Jesús! Que, en mi desgracia,
jamás el corazón llore tu ausencia;
que todo lo hace fácil tu presencia
y todo lo embelleces con tu gracia.
Finalizado el retiro y el tiempo de reflexión, los capitulares se reunieron en grupos lingüísticos para una sesión de discernimiento con vistas a proceder al día siguiente, con las elecciones de Prior General, Viceprior General, Procurador y Ecónomo General, que se celebrarán mañana. El resultado del discernimiento de cada grupo se compartió más tarde en una asamblea general.