Ayer, juéves 25 de enero, la Iglesia del Carmen de Abajo de Salamanca ha acogido la Oración Ecumenica de Taizé, en el marco del Octavario de Oración por la Unidad de los Cristianos que, este año, lleva como lema: «Amarás al Señor, tu Dios… y a tu prójimo como a ti mismo» (cf. Lc 10,27).
La comunidad carmelita ha preparado con mucho detalle tanto la oración como los cantos de la comunidad de Taizé.
La reflexión, a cargo del P. Luca Zerneri, estuvo centrada en la parábola del Buen Samaritano, texto evangélico que ha servido de meditación durante todo el octavario.
Él ha recordado como “en la parábola del buen samaritano no hay distinción ninguna: ni de color, ni de procedencia, ni de estado social, ni de religión. Al centro solo está la humanidad… ¿De dónde brota la iniciativa, cada año, de dedicar estos ocho días a la oración y al encuentro fraterno entre los que confesamos a Cristo como el Mesías, el Hijo de Dios? ¿Acaso no nace del saber que, además de la fe en Él, compartimos la misma carne?
Compartimos la misma carne de Cristo, su humanidad es la nuestra (como también su divinidad). Solo mirándonos cara a cara; solo “cuidando” la vida del otro, aprendemos que las distancias no son tan largas; las diferencias una riqueza; la unidad un “hacerse cargo de…”. Y todo esto en un solo nombre, el de Jesús, el Cristo, que ha dicho: “donde dos o tres están reunidos en mi nombre, ahí estoy yo en medio de ellos”. Su nombre nos congrega, su nombre nos reúne, en su nombre nos cuidamos mutuamente “hasta que él vuelva”. La unidad, así vivida y entendida, no es una utopía, sino más bien una realidad; no es un futuro, sino un presente real y concreto. Madre Teresa de Calcuta, que ha sabido ser “samaritana” de todos, sin distinción ninguna, solía decir: “Nuestra tarea consiste en animar a cristianos y no cristianos a realizar obras de amor. Y cada obra de amor, hecha de todo corazón, acerca las personas a Dios”. En otras palabras: “Anda y haz tú lo mismo”.
Finalizada la oración, la Hna. Julía Blazquez, responsable de la Delegación de Ecumenismo de la Diócesis de Salamanca, dirigió unas palabras de agradeciemiento, alentando a seguir caminando con alegría y esperanza hacia la unidad de todos los cristianos.
Fotos: Delegación Medios Comunicación, Diócesis de Salamanca