Ayer, 18 de octubre de 2020, festividad de evangelista san Lucas, el obispo de Salamanca, Mons. Carlos López Hernández, ordenó como diácono al carmelita, Fray Luca Zerneri, O.Carm., fraile del Convento de San Andrés de Salamanca, perteneciente a la Provincia carmelita de Aragón, Castilla y Valencia de san Juan de la Cruz. Fray Luca estuvo acompañado de un grupo de su madre, Dña. Lucia Monaco, el Prior Provincial, M.R.P. Desiderio García, O.Carm., la comunidad carmelita del Convento de san Andrés (El Carmen de Abajo), hermanos carmelitas, sacerdotes amigos del presbiterio diocesano de Salamanca, compañeros de curso y amigos. La celebración tuvo lugar en la Catedral Nueva de Salamanca, a las 19:00 horas.
Cumpliendo con la normativa actual de prevención para la Covid-19, el aforo del templo se limitó y se evitó cualquier aglomeración. La celebración fue retransmitida en directo a través del canal YouTube de la Diócesis de Salamanca.
Fray Luca Zerneri es natural de San Felice del Benaco, una localidad del norte de Italia, en las riberas del emblemático Lago Di Garda. Tiene 27 años e ingresó en la Orden del Carmen el 2 de septiembre de 2011. En el curso 2013-2014 realizó el año de noviciado en el Convento de San Andrés de Salamanca, donde profesó el 28 de septiembre de 2014. Después de haber estudiado filosofía en la Universidad Pontificia Lateranense, volvió a Salamanca, en el 2016, para estudiar teología en la Universidad Pontificia Salamanca. Comenzó su experiencia pastoral en la Parroquia de La Purísima Concepción, en Salamanca, donde ha colaborado hasta enero de 2019. Ese mismo año, el 20 de julio, hizo su profesión solemne en la Orden del Carmen, en la Iglesia del Carmen de Abajo de Salamanca.
En la acción de gracias, fray Luca dirigió a los presentes, y a los que seguían la celebración a través de las redes sociales, las siguientes palabras:
“Cantad al Señor un cántico nuevo,
cantad al Señor, toda la tierra.
Contad a los pueblos su gloria,
sus maravillas a todas las naciones”
El salmo 95 que acabamos de rezar en esta solemne liturgia, expresa muy bien mis sentimientos. De Dios todo lo he recibido, y todo se lo devuelvo a Él como ofrenda de acción de gracias. Toda mi vida, lo que soy, está ahora en las manos de Jesucristo, que, sin ningún mérito, me llamó a ser su amigo y a participar activamente en la construcción de su Reino. Por eso, “A Ti, oh Dios te alabamos, a ti Señor de reconocemos…”.
El lugar escogido por Dios para recibir el orden del diaconado ha sido la Iglesia de Salamanca, en esta maravillosa catedral. Iglesia, que, durante cinco años ha acompañado mi camino como religioso carmelita y me ha preparado para el ministerio ordenado. Gracias a D. Carlos, Obispo de Salamanca, y en él, a toda la Diócesis. ¡Gracias de verdad, por su ayuda!
En esta misma catedral -quizás, la catedral vieja- hace muchos años, recibiría el sacramento del Orden otro carmelita, enamorado de Dios, san Juan de la Cruz. Un agradecimiento especial al Prior Provincial, P. Desiderio García, y en él a la Orden del Carmen, a los hermanos de la Provincia, y a todos los carmelitas que estos años me han ayudado a seguir a Jesucristo con más fidelidad y con más entrega.
Gracias, en especial, a mi familia: a Lucia, mi madre, que, a pesar de las dificultades causadas por la pandemia, ha querido estar aquí presente; a Serena, mi hermana, que nos está siguiendo desde Italia, y a Ennio, mi padre, que, desde el Cielo, comparte la alegría del banquete eterno con Dios.
Y, finalmente, gracias a todos mi amigos, en Italia, y, aquí, en España (en particular, en Salamanca) por su amistad, y por haber sido compañeros de camino en la búsqueda de Dios.
Me permitís ahora unas palabras en italiano, para todos aquellos que, desde mi pueblo, están siguiendo por las redes sociales esta celebración:
Cari amici di San Felice, vi ringrazio di cuore per la preghiera e l’affetto dismostratami in questi giorni. Mai come ora, nella comunione dei Santi, ci sentiamo vicini professando l’unica fede nel Cristo crocifisso e risorto. Grazie di cuore!
A Dios Padre, con su Hijo Jesucristo, en el Espíritu Santo, alabanza y gloria, por los siglos de los siglos. ¡Amén!
Agradecemos al equipo de comunicación de la Diócesis de Salamanca las fotografías cedidas de la celebración.
