“La Iglesia tiene espacio para todos”, dijo Francisco a los miles de jóvenes congregados en la tarde del jueves 3 de agosto. La bienvenida al Papa y a los jóvenes de todo el mundo tuvo lugar en el Parque Eduardo VII, en la llamada Colina do Encontró. Un entusiasmo compartido entre el Papa y los jóvenes. Se agitaron las banderas, se cantaba a plena voz. Una Iglesia que canta no está muerta. Destacamos de su discurso de bienvenida las siguientes palabras:
“Amigos, quisiera ser claro con ustedes, que son alérgicos a la falsedad y a las palabras vacías: en la Iglesia, hay espacio para todos. Para todos. En la Iglesia, ninguno sobra. Ninguno está demás. Hay espacio para todos. Así como somos. Todos. Y eso Jesús lo dice claramente. Cuando manda a los Apóstoles a llamar para el banquete de ese señor que lo había preparado, dice: “Vayan y traigan a todos”, jóvenes y viejos, sanos, enfermos, justos y pecadores. ¡Todos, todos, todos!
En la Iglesia, hay lugar para todos. “Padre, pero yo soy un desgraciado” … “Soy una desgraciada, ¿hay lugar para mí?” … ¡Hay lugar para todos! Todos juntos, cada uno, en su lengua. Cada uno en su lengua repita conmigo: Todos, todos, todos. No se oye, ¡otra vez! Todos. Todos. Todos. Y esa es la Iglesia, la Madre de todos. Hay lugar para todos. El Señor no señala con el dedo, sino que abre sus brazos. Es curioso: el Señor no sabe hacer esto (indica con el dedo), sino que hace esto (hace el gesto de abrazar). Nos abraza a todos. Nos muestra a Jesús en la cruz, que tanto abrió sus brazos para ser crucificado y morir por nosotros”.
Cortesía el vídeo de youtube de Vatican News.
Fotografía, cortesía de la Provincia Británica.