El domingo 9 de febrero, tuvo lugar el tercer y último día de este Congreso de Vocaciones. La jornada empezó con el rezo de Laudes, dando gracias a Dios por toda creación y por el don de nuestra vocación, por ser misión.
Después de este momento de oración los ponentes María Ruíz y Alfonso Salgado presentaron la última ponencia del Congreso que llevaba por título Un pueblo de Dios vocacional. De los sueños a los retos. Se animó a toda la Iglesia que peregrina en España a ser conscientes de nuestra misión de extender el Reino, inundar el mundo de fe, esperanza y amor mediante el testimonio de nuestras obras y nuestras vidas. Nuestra identidad como cristianos se desarrolla en lugares y contextos muy concretos. No tenemos una misión, somos misión. Lo importante no es el número, no importa si somos pocos, lo que está claro es que no es momento de rendirse. Es cada día mas necesario crear una cultura vocacional que se caracterice por el anuncio del Evangelio, por una vida entendida como llamada y servicio donde prevalece la apertura y no la autorreferencialidad; es sabernos llamados, sabernos convocados, entregarnos… Es muy importante acompañar a los que están en proceso, pero hay que acompañar desde el cariño y la misericordia, desde el cuidado mutuo.
Como clausura se celebró la Eucaristía de envío presidida por Mons. Luis Argüello. El Congreso de Vocaciones finalizó con el deseo de «que la alabanza llene de alegría nuestro corazón y nos permita levantar las manos, estrecharlas y ofrecerlas».
Imágenes tomadas de confer.es