El pasado 19 de septiembre de 2020, en la Parroquia Santa Teresita del Nino Jesús, en San Juan (Puerto Rico), Fray Leonardo de la Cruz Montes Gómez, O.Carm. emitió su profesión carmelita. La celebración eucarística y la profesión religiosa estuvieron presididas por el P. Jorge Mª Rivera Maldonado, O.Carm., Comisario de las Antillas. Concelebraron nuestros hermanos carmelitas, el P. Héctor Lúe Cruz Santiago, O.Carm., párroco en Santa Teresita del Niño Jesús y Consejero de las Antillas, y el P. Rogelio Mur Aguilar, O.Carm., coadjutor de la Parroquia San Antonio Abad, en Añasco. Participaron también frailes de las comunidades carmelitas de Ciales y Morovis.
Estuvieron presentes S.E.R. Mons. Luis F. Miranda Rivera, O.Carm., Obispo de la Diócesis de Fajardo-Humacao y S.E.R. Mons. Alberto Figueroa, T.Carm., Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis de San Juan. Nos acompañaron en la celebración religiosas carmelitas de la Congregación de Hermanas de la Virgen María del Monte Carmelo, un buen nutrido grupo de Terciarios Carmelitas, sacerdotes diocesanos, religiosos de otras órdenes religiosas, así como laicos, familiares y amigos.
La homilía, dirigida por el P. Jorge Mª Rivera Maldonado, O.Carm., nos recordó a los presentes que toda vocación cristiana es una historia de gracia y que la vida consagrada es un llamado al Amor entregándose al Amor. Subrayó, además, que toda vocación es una predilección de Dios, resaltando que es más lo que recibimos de Dios que lo que podemos ofrecerle. Se hizo relectura de las experiencias del Amor de Dios que recibieron algunos santos del Carmelo, como por ejemplo Teresa Benedicta de la Cruz.
Los presentes tuvieron la oportunidad de recibir una pequeña catequesis sobre la vida consagrada. Se incluyeron pinceladas sobre la importancia y significado de dejarlo todo para seguir más de cerca a Cristo, a través de la profesión de los votos religiosos de obediencia, pobreza y castidad como expresión de una entrega libre para seguirle. El carisma carmelita, cuyo centro en al actitud contemplativa, nos ayuda a centrar nuestra vida en el seguimiento de Jesucristo a través de la oración, la fraternidad y el servicio en medio del pueblo. María, modelo de todo carmelita, a través de su amor maternal nos acompaña en nuestro proceso de transformación personal hasta llegar a la unión con Dios en el Amor.
El Comisario de las Antillas le recordó a Fr. Leonardo que la perseverancia es la clave para no convertir este día en el punto de llegada, sino el punto de partida para responder al Amor de Dios.
Agradecemos a todos los que nos pudieron acompañar presencialmente como a través de las redes sociales. La Eucaristía y la profesión religiosa se realizaron respetando el distanciamiento social y limitación de espacios requerido en el protocolo impuesto por las agencias sanitarias para salvaguardar la salud pública ante el COVID-19.
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