Los días 31 de mayo a 2 de junio se llevó a cabo el retiro de fin del año académico de la Casa de Formación Seminario Monte Carmelo, Santo Domingo. Participaron en el mismo, además los hermanos de la comunidad de Santa María del Monte Carmelo de La Vega, el Vicario Provincial, Rvdo. P. Jorge Rivera Maldonado, O.Carm, y Fr. Leonardo Montes Gómez, O.Carm, profeso temporal del Seminario San José de Puerto Rico.
El retiro tuvo dos partes: una dirigida por el P Juan Bautista Cordero, O.Carm, y la otra por S.E.R., Mons. Cecilio Raúl Berzosa, Obispo Emérito de Ciudad Rodrigo, España.
Primera parte:
Dios nos habla y no deja de hablar
El P. Fr. Juan Bautista nos recordó en la meditación que Dios no es solamente un ser divino ajeno a nuestra realidad, sino que es un Dios que interactúa en la historia, así como hizo con Israel, llegando a su plenitud en la Pascua de Jesús. Ante esto, nos recuerda que el carmelita, hijo del profeta Elías, está llamado a recuperar la imagen de Dios, que muchas idolatrías ocultan, y esto sólo se logra meditando la Ley del Señor día y noche. Recuperar esta imagen perdida de Dios en nuestra vida implica encontrar muchas resistencias, pero, al igual que el alfarero que nos narra el profeta Jeremías, debemos dejarnos modelar por Dios, que busca en último término nuestro bien. Finalmente, expuso que la amistad con Dios radica en estar acompañados por Aquel que ama apasionadamente.
Segunda parte:
El arte de vivir como resucitados: testimonios de esperanza.
Mons. Berzosa, quien se encuentra como obispo misionero en la Arquidiócesis de Santo Domingo, dirigió durante los dos días restantes del retiro, el cual dividió en cinco meditaciones tomando como punto de partida las leyes del marketing publicitario y teniendo como centro a Cristo y su relación con nosotros:
Primera meditación. Mírame. Dios existe de verdad. Y, para mirarle, debemos mirarnos nosotros, partiendo de nuestro contexto (social, económico, político, eclesial, comunitario) y, en medio de nuestras luces y sombras, ver que Dios está presente.
Segunda meditación. Elígeme. Que lo que mire sea realmente una necesidad. La respuesta que damos a la iniciativa reveladora de Dios es la fe. Dejarnos amar por Dios. Ser pobre de espíritu es recibir de Dios lo que sea. El espíritu es quien unifica la mente, el corazón y las manos; quien causa división es el maligno.
Tercera meditación. Cómprame. El hecho de elegir a Dios requiere una conversión total diaria. No solamente debemos entregar al Señor nuestras buenas acciones, sino también nuestros pecados para que Él los purifique.
Cuarta meditación. Anúnciame. El hecho de optar por Jesús requiere que vivamos como él vive: como resucitados. De esta vivencia como resucitados podemos responder de una manera verdaderamente cristiana ante la violencia y la venganza.
Quinta meditación. Fidelízame y agradéceme. Cada día hay que estar abiertos para saber integrar realidades contrarias en pos de Cristo y de su Iglesia, así como ser agradecidos por la constante presencia del Señor en nuestras vidas y en medio de la comunidad.
Finalmente, el retiro concluyó la tarde del miércoles, 2 de junio, con la celebración de la Eucaristía. Luego de la misma, tuvimos como recreación fraterna y una parrillada.