Fray Pablo Mª de la Cruz, el fraile más joven de la Provincia carmelita de Aragón, Castilla y Valencia, el día 15 de julio de 2023, entregó su vida a Dios. El día 25 de junio recibió la gracia especial de consagrarse a Dios, in articulo mortis, emitiendo los votos de pobreza, obediencia y castidad en la Orden del Carmen. Así lo dijo: “Vivir en obsequio de Jesucristo es un proyecto de vida fascinante”. Dadas las circunstancias especiales de su total entrega al Señor, discernidas, previamente, por la Iglesia, se le acompañó humana y espiritualmente durante sus últimos días. Su entrega ha sido una aclamación de la comunidad eclesial –sorprendente e impensable para todos–. Abiertos a la providencia, las indicaciones y los pasos que se fueron dando en la celebración de su funeral, han resultado ser también una bendición para todos.
La capilla ardiente, celebrada en la Iglesia de El Carmen de Abajo de Salamanca, fray Pablo María sugirió que se podría realizar durante la Exposición del Santísimo Sacramento, para que Jesús, su mejor Amigo durante los días de enfermedad, fuera el anfitrión que presidiera y recibiera a todos los que acudieran al velatorio. La inquietud de fray Pablo –que más tarde se convertiría en un anhelo– era que “los jóvenes se encontraran con el Amor de Dios a través de Jesús Eucaristía”. Para ello, el día 16 de julio, acabada la procesión de la Virgen del Carmen, a partir de las 23.30 PM de la madrugada, empezaron a concurrir en la Iglesia del Carmen de Abajo amigos, conocidos y muchos jóvenes, que, en adoración frente a Jesús, presente y real en la Eucaristía, rezaron y cantaron toda la noche. A las 09.00 AM, la comunidad carmelita, concluyó el velatorio, y junto con todos los fieles, que llenaban nuevamente el templo, cantaron las laudes del oficio de difuntos.
La misa funeral de cuerpo presente, se celebró el día 17 de julio de 2023, a las 10.00 AM en la Iglesia de El Carmen de Abajo de Salamanca. Presidió la Eucaristía Mons. José Luis Retana Gozalo, obispo de Salamanca, y concelebraron sacerdotes carmelitas, así como otros sacerdotes diocesanos y religiosos amigos de Pablo. Predicó en la homilía el Prior Provincial, P. Salvador Villota Herrero, O.Carm. En la Eucaristía, presidida por el obispo, cabeza de la Iglesia diocesana, se hizo visible el ofrecimiento de fray Pablo por la unidad de la Iglesia: “para que todos los movimientos, carismas, itinerarios católicos, Congregaciones, Órdenes religiosas sean uno, de forma que brille en medio de nuestro mundo, y en la misma Iglesia, la belleza del Cuerpo de Cristo”.
Los restos mortales de fray Pablo María de la Cruz recibieron sepultura cristiana en el Cementerio Virgen de la Salud, en Salamanca. Junto a la tumba se fueron depositando numerosas macetas para expresar que nuestro Dios es un Dios de vivos y no de muertos, y que el Carmelo (Jardín de Dios), está presidido por Jesús el Cristo, el Señor de la Vida, y María, Flor del Carmelo, la Señora del Lugar. Por este motivo, expresó, que, siempre y cuando se pudiera realizar, que la fiesta del banquete de la Eucaristía, máxima expresión de que la muerte está vencida y que Jesús sigue vivo entre nosotros, continuara con una “celebración de alabanza” por la noche. De hecho, el templo se llenó de jóvenes, los cuales, después de rezar vísperas, a las 20.00 PM, en el Convento carmelita de S. Andrés, pasaron a cantar y a bailar al son de la playlist que fray Pablo había preparado con sus hermanos. Así vinculaba inseparablemente la buena diversión de los jóvenes con la “alabanza a Dios”, testificando que Cristo, y no la muerte, tiene la última palabra.