Concluido el reciente Sínodo sobre la sinodalidad, se han publicado documentos al respecto. Puede verse, por ejemplo, la Carta de la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos al Pueblo de Dios, publicada el 25 de octubre pasado.
Resulta interesante y esclarecedor poder también atender a la experiencia de alguno de los participantes. El obispo Robert Barron, pastor de la diócesis de Winona-Rochester (USA), ha publicado por escrito su propia experiencia (24 de noviembre 2023). Puede consultarse por completo en traducción española pulsando aquí (o si se prefiere, mejor en el original inglés aquí). Nos atrevemos a esquematizar los contenidos que aborda en cuatro puntos:
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- la preocupación de los miembros del sínodo por escuchar a las voces de aquellos que se han sentido marginados de la vida de la Iglesia
- la interacción o la tensión que se percibe entre el amor y la verdad
- la noción de misión
- el desarrollo de la enseñanza moral respecto al sexo
Especialmente llamativo resulta que, por cada uno de esos puntos, el obispo nos interpela con algún “contrapunto”. Así, a propósito del punto 1, el obispo se pregunta:
“Una cuestión que traje a colación varias veces en los pequeños grupos de discusión, sin embargo, fue que si, debido a nuestro entusiasmo por incluir gente en el gobierno de la Iglesia, no nos olvidamos de que la vocación del 99 por ciento del laicado Católico es santificar el mundo, llevar a Cristo a los ambientes de la política, las artes, el entretenimiento, comunicación, negocios, medicina, etc., precisamente donde ellos tienen especial idoneidad.”
Respecto al punto 2, reflexiona:
“Por un lado, debemos acoger a todos, pero para que esta acogida no devenga en una forma de gracia barata (para utilizar el término de Dietrich Bonhoeffer), debemos al mismo tiempo llamar a aquellos que incluimos a la conversión, a vivir de acuerdo con la verdad.”
El comentario del obispo se torna más claro al pronunciarse sobre la misión (punto 3):
“A juzgar por lo que leímos en el Instrumentum Laboris, misión parece designar, la mayoría de las veces, la obra de la Iglesia en favor de la justicia social y el mejoramiento de la situación económica y política de los pobres. Están llamativamente ausentes de los textos sobre misión las referencias al pecado, la gracia, la redención, la cruz, la resurrección, la vida eterna y la salvación, y esto representa un verdadero peligro.”
Por último, se moja por entero entorno a la temática de moral sexual (punto 4):
“Un punto final —y aquí estoy en franco desacuerdo con el reporte final del sínodo—tiene que ver con el desarrollo de la enseñanza moral respecto al sexo.”
Especialmente motivadoras para nuestra misión como carmelitas son sus últimas palabras pidiendo la oración por el trabajo que debe seguir desarrollándose para la próxima etapa del Sínodo en otoño de 2024.
