¡Feliz día de fiesta!
A estas alturas de la historia, parece que la fiesta de esta santa no necesita presentación… O si se prefiere, para aquellos que no la conozcan, baste empezar a acercarse al legado de esta santa monja de clausura y patrona de las misiones con un amable canto interpretado por las Carmelitas del Sagrado Corazón para refrescar o descubrir ese aroma perfumado que nos hace irresistible su admirable doctrina.
Me tendiste tus brazos, y yo quise arrojarme
como el niño que se duerme en el regazo de su madre.
Quise ser muy pequeño, y no me abandonaste
me elevaste, oh Jesús, y me enamoraste.
Y en el exceso de mi gratitud quiero decirte, Jesús,
que tu amor me lleva a confiar en ti, Señor.
Una lluvia de rosas cuando llegue al cielo enviaré
y por caminos de amor a sus pequeños a Él traeré.
Cuando llegue a mi puerto, una lluvia de rosas enviaré
para las almas salvar, y así mi cielo pasaré, pasaré…
…haciendo el bien en la tierra.
Como gotas de rocío me absorbiste, Jesús,
como gotas de agua desaparecí en el mar de tu amor.
Soy como un grano de arena que pisa el caminante,
pero a la cumbre de la santidad me llamaste,
y aunque las nubes quieran ocultar los rayos del sol
yo me confiaré, aquí esperaré al Amado de mi corazón.
Una lluvia de rosas …
Santa Teresita de Lisieux, ruega por nosotros.