¡Feliz fiesta del Corpus, sacramento de la presencia resucitada del Señor entre nosotros! Desde este rincón carmelita aprovechamos la ocasión para acercarnos a una figura relevante de la historia de nuestra orden en relación con la Eucaristía. Se trata de alguien que creyó, vivió y defendió, en especial, la fe en los sacramentos. La presencia real del Cuerpo y Sangre de nuestro Señor Jesucristo en la Eucaristía empezó a plantear problemas de planteamiento teológico solo con la primera escolástica, no antes.
La primera gran controversia eucarística con Berengario de Tours (†1088): ha pasado a la historia como “quien, cediendo a dificultades sugeridas por la razón humana, fue el primero que se atrevió a negar la conversión eucarística” (Cf. Pablo VI, Mysterium fidei, 6). Berengario sostenía que Cristo no estaba corporalmente presente en la Eucaristía. A lo sumo, lo concebía presente “junto” al pan, o presente, pero solo en la fe, ni real, ni corporalmente. El pan y el vino, seguían siendo solo pan y vino.
Más tarde, hacia el final del siglo XIV, Wyclif (†1384) y Huss, pretenden que Cristo está sustancial y localmente en el cielo, y por lo tanto, no en los dones eucarísticos. La presencia de Cristo en la Eucaristía la estimaban sólo en virtud de los efectos que traía por la recepción “espiritual” en la comunión.
Ahí, para contestar a Wyclif, surge una figura teológica carmelita importantísima en su época, relativamente desconocida para nosotros: Thomas Netter de Walden (ca.1372-1430), carmelita inglés.
Escribió una amplia obra —Doctrinale fidei Ecclesia catholicae contra wiclevistas et hussitas— por la que se revela cómo los carmelitas de su época defienden amplia y vehementemente la recta argumentación respecto a verdadera presencia — corporal y real— de Cristo en la Eucaristía.
Haría falta adentrarnos en conceptos filosóficos con los que no estamos familiarizados para seguir su pensamiento. Baste dejar hablar a las iluminaciones de diferentes manuscritos que han llegado hasta nosotros.
En la imagen destacada en la cabecera de esta entrada, una inicial “E” (¿quizás la ‘E’ de Eucaristía?), encierra preciosamente iluminada para la fiesta del Corpus Christi en el Reconstructed Carmelite Missal (London, British Library, Mss. Additional 29704-5, fo. 38), el vínculo entre la Última Cena de Cristo con los discípulos y la celebración de la misa de unos frailes carmelitas con la participación de fieles que se unen en oración en el preciso instante de la elevación de la hostia durante la consagración. A decir del estudioso Johan Begström-Allen, fuera de la “E”, dos frailes de con hábito y capa carmelita, se estarían encargando tranquilamente (como recostados) de mantener alejadas las posturas heréticas de los que estarían representados como perros blancos con un punto de ironía. Al parecer fue Wyclif mismo, quien ya antes de que apareciera en escena Thomas Netter había despreciado la fe eucarística de los carmelitas como la de los “perros blancos”, probablemente en alusión a su capa (Cf. p.159).
Disponemos de otra miniatura del Doctrinale de Thomas Netter (Libro V, sobre los sacramentos in Oxford, Merton College, Ms. 319, fo. 41 [detalle]). La inicial “V” (de la palabra latina “Venite, ascendamus ad monte domini…”) insiste en la imagen central en la elevación de la hostia durante la Eucaristía.
En la parte superior izquierda, dentro de un redondel encontramos con evidencia una alusión a Thomas Netter mismo, en su hábito carmelita, señalando con dedo acusador de su mano derecha la figura de Wyclif, que habría quedado representado en el redondel superior derecho, tal vez, riéndose de la celebración eucarística en la escena. Con su mano izquierda, Thomas Netter estaría apuntando al redondel inferior izquierdo de la imagen, donde algunos manuscritos —presumiblemente los libros de Wyclif— están siendo quemados en el fuego (Cf. p.160).
Para adentrarse en toda la obra de Thomas Netter de Walden la provincia carmelita británica publicó en 2009 un vasto estudio muy recomendable sobre los orígenes de la historia temprana de la Orden carmelita. Véase aquí un extracto.