¡Feliz fiesta de santa Teresa de Jesús!
Este año, como no podía ser menos en el año jubilar de san José, traemos a colación un pequeño florilegio de la profunda relación que la santa tuvo con el glorioso san José, como a ella le gustaba llamarle:
“Querría yo persuadir a todos fuesen muy devotos de este glorioso Santo, por la experiencia que tengo de los bienes que alcanza de Dios. No he conocido persona que de veras le sea devota y haga particulares servicios que no la vea más aprovechada en la virtud […].
Que a otros santos parece les dio el Señor gracia para socorrer en una necesidad; de este glorioso Santo tengo experiencia que socorre en todas; y que quiere el Señor darnos a entender que así como le fue sujeto en la tierra, así en el Cielo hace cuanto le pide […].
Sólo pido, por amor de Dios, que lo pruebe quien no me creyere, y verá por experiencia el gran bien que es encomendarse a este glorioso Patriarca y tenerle devoción. En especial personas de oración siempre le habían de ser muy aficionadas […].
Quien no hallare Maestro que le enseñe oración, tome este glorioso Santo por maestro y no errará el camino. No quiera el Señor que haya yo errado atreviéndome a hablar de él; porque aunque publico que soy devota suya, en servirle y en imitarle siempre he fallado.
Las Madres Carmelitas Descalzas del monasterio del San José y Santa Teresa de Jesús de Puebla (México) nos obsequian con una amable versión sobre el camino que la doctora quiso transmitir para enseñar y aprender a orar. Ojalá nos sirva para tomar verdaderamente a san José por maestro de oración y vida.